Periodista oficialista desmiente cifras de la producción de tomate en Ciego de Ávila

Periodista oficialista señala la disminución de producción de tomate en Ciego de Ávila. (Foto ilustrativa: Periódico Cubano)

Una periodista estatal contradijo las cifras presentadas por el Gobierno cubano, las cuales aseguran que la provincia de Ciego de Ávila cuenta con una producción de tomate superior a la que verdaderamente tiene.

La periodista del diario Invasor Katia Siberia publicó una investigación sobre la producción de tomate en el territorio y encontró que, aunque las autoridades aseguren que este año se ha plantado una superficie mayor a la del 2020, la producción resultante será poco menos de la mitad.

De acuerdo con Siberia, pese a que el año pasado se plantaron 2.049 hectáreas y este año se alcanzaron las 3.256, este año solo se procesarán unas 12.000 toneladas, cuando casi se logran las 22.000 el año anterior.

En el reportaje, Pedro Manuel Díaz González, especialista en cultivo de tomate de la delegación de la agricultura en Ciego de Ávila, ratificó que la producción de tomate se encuentra disminuyendo.

Díaz González puso como ejemplo el promedio de toneladas cultivadas por hectárea en Ciego de Ávila, el cual antes era de entre 16 y 18, mientras que actualmente es de entre 6 y 8.

La nota recalca que la producción de tomate en la provincia ha disminuido considerablemente desde el año 2018, pese a ser el territorio que más tomate produce en la Isla.

“Ceballos, por ejemplo, arranca cada dos días porque la materia prima es muy escasa. La acumula, y muele entre 80 y 90 toneladas por jornada; mientras que Majagua procesa unas 145 toneladas diarias. Ambas, alejadísimas de sus capacidades”, indicó el funcionario castrista.

Esta situación con la producción no solo afecta a Ciego de Ávila, pues desde el ordenamiento monetario, el cual trajo consigo un aumento en el precio de insumos y servicios en la Isla, se ha registrado un descenso en el número de cosechas realizadas por los campesinos cubanos.

La disminución se debe a los problemas que presentan los trabajadores del campo para conseguir materiales esenciales como fertilizantes y en ocasiones la incapacidad de las empresas estatales de movilizar las cosechas, las cuales terminan pudriéndose en el campo a causa de la escasez de combustible.