Prolifera el negocio de hacer tareas escolares a los estudiantes cubanos

Las implicaciones éticas y educativas de pagar porque otros realicen las tareas son profundas y preocupantes. (Captura de pantalla © Canal Caribe – YouTube)

Con el inicio del curso escolar 2024-2025 en Cuba, donde se estimó un déficit de casi 24.000 maestros, comienzan a proliferar los negocios de hacer tareas escolares a aquellos estudiantes cubanos que tengan que realizar los deberes y posean dinero para pagar.

En redes sociales florecen los anuncios donde se ofrecen elaboración a modo de “seminarios, trabajos prácticos, tareas evaluativas, investigaciones y trabajos finales”. Uno de estos clasificados se promociona para resolver los problemas de aquellos que “no tienen tiempo” para hacer las tareas.

“Si se encuentra muy atareado o atareada en el trabajo y no puede ayudar a sus hijos con sus tareas, contácteme. También si no tiene tiempo para realizar sus trabajos, aquí está su mejor opción”, advierte un clasificado de un cubano en uno de los tantos grupos de Telegram que se dedican a la compra y venta de productos y servicios.

Los comentarios a este anuncio reflejan varias preocupaciones y algunos han planteado la problemática del uso de herramientas de inteligencia artificial (IA) y el impacto en la educación, sobre todo ante la falta de profesores calificados en Cuba.

La usuaria de Facebook, Juana Rosa Delgado, como persona mayor, muestra preocupación de que los alumnos se conviertan en “analfabetos” debido a la dependencia de la tecnología. Delia Esther Obregón subraya la falta de precisión en las respuestas de IA como ChatGTP, lo que indica que no siempre son confiables.

Otros comentaristas, como Leidy Muñiz y Mariela Gómez Rodríguez, expresan su temor de que estas prácticas disminuyan el aprendizaje real, con comentarios como “los niños no aprenden” o “el estudiante sin aprender nada”.

Las implicaciones éticas y educativas de pagar porque otros realicen las tareas son profundas y preocupantes. En el ámbito ético, se incurre en deshonestidad académica, lo que socava los principios de integridad y responsabilidad personal. Además, esta práctica crea inequidad, ya que solo aquellos con recursos económicos pueden acceder a estos servicios, generando una ventaja injusta sobre quienes no pueden permitírselo.

Al no realizar sus propias tareas, los estudiantes pierden oportunidades valiosas para desarrollar habilidades como la investigación, el pensamiento crítico y la resolución de problemas. Esto resulta en un aprendizaje superficial y un desarrollo limitado de las competencias necesarias para su futuro académico y profesional. Además, esta dependencia externa puede llevar a una desmotivación general hacia el aprendizaje, generando apatía y reduciendo el deseo de superarse.

Curso escolar comienza con un enorme déficit de profesores

Actualmente, las autoridades reconocen que el déficit de maestros asciende a 24.000 en todo el país, afectando especialmente a La Habana, Artemisa y Matanzas. Esta escasez impacta negativamente en las secundarias básicas y los Institutos Preuniversitarios Vocacionales de Ciencias Exactas (IPVCE), donde el problema es más crítico.

Como medida paliativa, el gobierno ha decidido reincorporar a mil profesores jubilados y redistribuir maestros de otras provincias, principalmente de las zonas orientales. Sin embargo, estas soluciones temporales no resuelven el éxodo masivo de docentes, quienes abandonan el país o cambian de profesión debido a los bajos salarios y las malas condiciones laborales.