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Régimen dispuesto a «suplicar» a los cubanoamericanos que inviertan en Cuba

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Régimen dispuesto a «suplicar» a los cubanoamericanos que inviertan en Cuba

La crisis en Cuba ha llegado a sus límites y para evitar un nuevo período especial, el régimen cubano está abierto a nuevas estrategias.

Zona Económica del Mariel, un área vital para las inversiones en Cuba. (Foto: ZEDM)

El Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera de Cuba está abriendo la puerta a los cubanoamericanos que desean participar en proyectos de inversión extranjera mientras la isla intenta reactivar su atribulada economía y alentar a Washington a relajar las sanciones.

Katia Alonso, directora de inversiones de capital extranjero del ministerio, le dijo al medio periodístico Miami Herald, por correo electrónico en respuesta a una lista de preguntas que Cuba no rechazará posibles ofertas comerciales de cubanoamericanos por el solo hecho de que viven en los EE. UU.

Alonso expresó que la ley nunca ha prohibido este tipo de relaciones de negocios, aunque en el pasado los empresarios del exilio tampoco siempre han sido bien recibidos.

“Cuba está abierta al capital extranjero sin importar su lugar de origen”, explicó Alonso, “por lo que si un cubanoamericano estuviera interesado, ya sea nacido en Estados Unidos o emigrado a ese país, en invertir en la isla, su interés sería evaluado como cualquier otro inversionista potencial de cualquier otro lugar de origen”.

La invitación llega cuando Cuba busca impulsar la inversión extranjera al incluir oportunidades para inversionistas de pequeñas y medianas empresas dentro de los 503 proyectos ahora disponibles, que suman un estimado de $ 12 mil millones.

La mayoría de las propuestas abiertas están en las industrias del turismo y la energía, mientras que las otras incluyen proyectos de inversión en la agricultura, el comercio, las telecomunicaciones, la construcción, el turismo médico y las industrias farmacéuticas.

Cuba se encuentra en medio de su contracción económica más severa desde el colapso de la Unión Soviética, y el gobierno informó una contracción del 11% el año pasado.

Los bloqueos pandémicos, las sanciones de la administración Trump y el empeoramiento de la crisis de Venezuela cierran a la isla a las tradicionales líneas de vida para ingresos como el turismo.

Los funcionarios cubanos esperan que la administración Biden relaje las restricciones de la era Trump sobre viajes y remesas, aunque hasta ahora la nueva administración ha señalado que cambiar la política hacia Cuba no es una prioridad.

Aunque los proyectos de inversión son liderados por empresas cubanas, y estos deberían buscar la alianza extranjera, pero en todo momento el régimen cubano debería controlar y aprobar cada decisión, Alonso señala que los inversionistas extranjeros sí podrían proponer sus propias ideas y estas serán consideradas siempre y cuando cumplan con los requisitos que exige el gobierno.

“La participación de los cubanos que viven en el exterior de manera más activa en el desarrollo económico del país se corresponde con el deseo de seguir fortaleciendo los lazos entre los cubanos y su país”, indicó la funcionaria.

El programa de inversión extranjera no se aplica a los cubanos residentes en la isla, quienes tienen prohibido legalmente establecer empresas privadas medianas y grandes en el país comunista.

Un caso que tiene que ver con esta prohibición hacia los propios cubanos, ocurrió en el año 2016 cuando Saul Berenthal, un inversionista cubanoamericano que deseaba crear la primera planta de fabricación estadounidense en la isla desde que Fidel Castro asumió el poder en 1959, vio sus planes desmoronarse después de decidir cambiar su residencia permanente a la isla.

Berenthal, quien nació en Cuba, había propuesto un plan para ensamblar tractores para ayudar a los pequeños agricultores de la isla.
Alonso hizo énfasis, para que un inversionista extranjero califique bajo las leyes cubanas, debe ser una «persona natural o jurídica, con residencia y capital en el exterior».

“En ese sentido, un ciudadano cubano repatriado, al no cumplir con los requisitos establecidos para la inversión extranjera, tendría que seguir las normas para las formas de negocios no estatales en la economía cubana”.

Los observadores de las políticas económicas de Cuba están seguros que la apertura de la isla a los empresarios cubanoamericanos podría indicar un posible cambio impulsado por la crisis económica y la llegada de una nueva administración estadounidense.

Aunque todavía es demasiado pronto para sacar conclusiones. Los analistas no se mostraron tan optimistas, debido a que mientras la isla continúe aplicando un doble rasero para los ciudadanos cubanos y no abra oportunidades para las empresas privadas, es probable que el interés de los inversionistas cubanoamericanos sea limitado.

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