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Vecinos del fatal derrumbe en la calle Cuba reclaman una vivienda digna
“Solo queremos salir de aquí y que se acabe de resolver nuestra situación”
El pasado 16 de septiembre, un edificio en la calle Cuba, Habana Vieja, se desplomó y ocasionó la muerte de una mujer de 69 años que quedó atrapada entre los escombros. A más de diez días del lamentable suceso, los vecinos del deteriorado inmueble aún no tienen respuesta del Gobierno y temen por sus vidas.
En su momento, Luis Antonio Torres Iríbar, presidente del Consejo de Defensa Provincial de La Habana (CDP), señaló que ya estaban en construcción ocho viviendas para las familias residentes en la parte posterior del solar. Mientras que otros cuatro núcleos, ya tenían asignados locales adaptados.
“En medio del coronavirus, todas las autoridades e instituciones están prestas a movilizarse ante hechos como el sucedido”, manifestó el funcionario.
La realidad de los vecinos
Las palabras del CDP, sin embargo, contrastan con las recientes declaraciones de los damnificados, quienes aseguran seguir sufriendo el abandono de las autoridades de Vivienda en un problema que llevan arrastrando durante casi tres décadas.
“Cuando ocurrió el derrumbe, dijeron lo mismo de siempre: que a donde pueden enviarnos es a un albergue en la calle Revillagigedo, que es una gran nave donde hay una litera al lado de la otra y nadie tiene privacidad. Además, hay todo tipo de insectos y escasea el agua. Muchos tenemos familia y no podemos aceptar eso. Hemos exigido al menos un local para cada familia, pero nada nos dan”, declaró al portal Diario de Cuba Erasmo Terán, uno de los afectados.
María González, otra de las vecinas, explicó que en el edificio hay ocho menores de edad. Asimismo, detalló que la mayoría de los núcleos familiares —de hasta seis personas— viven hacinados en cuartos pequeños que presentan constantes filtraciones de agua.
“Solo queremos salir de aquí y que se acabe de resolver nuestra situación porque nos sentimos totalmente abandonados por el Gobierno de la Habana Vieja, los dos días después del derrumbe nos dieron un poco de comida, pero no es eso lo que nos interesa, sino poder tener un lugar digno donde vivir”, agregó Alain Cruz Chacón.
Lo que alguna vez fuera un edificio de tres pisos, ha quedado reducido a unas columnas superiores y una escalera de acceso a un segundo piso, que ya no existe y que nadie se atreve a pisar por el temor a caerse.
Tapar el sol con un dedo
La situación de la vivienda en Cuba es sumamente grave. De acuerdo con cifras oficiales, en el país se registra un déficit habitacional de 900 mil casas. A esto se le suma, que más de la mitad de los inmuebles se encuentran en “mal estado”, con especial incidencia en los municipios de La Habana Vieja, Centro Habana y Cerro.
No obstante, las autoridades han preferido tapar el sol con un dedo e ignorar esta latente problemática. Para muchos dirigentes —como el propio Torres Iríbar— los derrumbes no son más que herramientas mediáticas utilizadas por los “enemigos de la Revolución con fines evidentemente mezquinos”.