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Una pizza en Palmares cuesta hasta 300 CUP ¿por qué sucede en Sancti Spíritus?
El caos económico actual se caracteriza por una espiral inflacionaria a la que el Estado no le pone límites
La pizza, ese alimento italiano que durante décadas ha sido el favorito de muchos cubanos, ya es un lujo inalcanzable para los menguados bolsillos del trabajador. En las sucursales de la estatal extrahotelera Palmares S.A. de Sancti Spíritus llegan a costar hasta 300 pesos cubanos (CUP).
De acuerdo con una investigación elaborada por el diario oficialista Escambray, los directivos de Palmares S.A. aluden al “ordenamiento económico” y el déficit de materias primas de los últimos meses como las dos principales causas para que la popular comida haya escalado a semejante valuación.
El ordenamiento económico comenzó en enero de 2021 con la eliminación de la doble moneda en el sector empresarial y la devaluación del CUP en la contabilidad de las entidades estatales. Es así que una pizza que se vendía en Palmarés por dos, tres o cuatro CUC; pasó a costar entre 60 y 70 CUP en los primeros meses.
Sin embargo, debido a la falta de importación de harina de trigo, los precios de esta materia prima se han disparado y con ello la ficha de costo de la pizza que se expende al consumidor final. En la actualidad Cuba solo importa la harina de trigo para intentar elaborar diariamente el pan de la bodega y otros consumos sociales que son priorizados.
Por lo tanto, Palmares S.A. ya no tiene harina. En su lugar, compra a las Micro, pequeñas y medianas empresas privadas (Mipymes) la masa de pizza ya elaborada. Estos emprendedores si tienen acceso a la harina supuestamente porque la importan desde el exterior en Moneda Libremente Convertible (MLC).
Cuando calculan los gastos de importación, transportación, energía y mano de obra para hacer la masa de pizza le ponen un precio bastante elevado que luego Palmares vuelve a incrementar cuando comercializa el producto final. La confección de la pizza, como es lógico, lleva otros ingredientes y la empresa estatal se asegura de tener su propia ganancia.
En consecuencia, es el cubano de a pie quien debe soportar el aumento desmedido de los precios que se producen por las improvisaciones en el manejo de la economía, dominada por la burocracia comunista que acapara todo el poder para el Estado.