“Uno de los peores ratos de mi vida”: Habanera cuenta su horrible experiencia en una guagua

Guagua de la ruta A40 (Foto: Laura García García-Facebook)

Una cubana acudió el pasado domingo a las redes sociales para denunciar su horrible experiencia en una guagua de la ruta A40 —antigua 400— que cubre el tramo de Guanabo a la Terminal de Trenes, en La Habana Vieja. Según detalló la internauta fue “uno de los peores ratos” de su vida.

Laura García García, vocalista de la compañía de música y los espectáculos “Antonio María Romeu”, tuvo que salir de su casa junto a su esposo por motivos de índole personal. En el trayecto de regreso, una señora —de mediana edad y en completo estado de ebriedad—, que parecía haber estado en la plata junto a otros grupo, comenzó a exprimir su ropa en el piso del ómnibus.

“Sacaron una de las famosas bocinas portátiles y pusieron la música más desagradable, además de alta. Se subió encima del asiento y comenzó a bailar al ritmo de tal obscenidad, mojando a todos a su alrededor con el agua que le chorreaba del cabello”, escribió Laura en Facebook.

¿Coronavirus, dónde?

Por si fuera poco, y con la guagua completamente cerrada, sacó un cigarro y empezó a fumar.

“No paraba de llover (…) mi esposo le tuvo que llamar la atención, pues yo soy asmática y no tolero el humo del cigarro y con el nasobuco puesto es peor aguantar tal daño a mis pulmones. A lo que ella respondió con grosería”, señaló la usuaria junto a varias fotos de los perpetuadores.

“Personas sin nasobuco, fumando, con las manos en la boca y hombres sin pullover e incumpliendo las medidas orientadas para combatir esta terrible enfermedad que nos azota hoy. ¿Acaso no ven las personas lo inconscientes e indolentes que son? Pienso que en cada guagua debería ir un policía o alguna autoridad que pueda frenar a personas tan inconscientes. Alguien que haga cumplir las leyes que supuestamente están (…) ¿A dónde vamos a parar?.

El Gobierno de La Habana restableció el transporte público a inicios de julio, luego de tres meses paralizado por el coronavirus, pero con diferentes reglas. Entre ellas, el uso obligatorio de nasobucos por parte de los pasajeros y la ocupación solo del 50 por ciento de su capacidad habitual.