USCIS rechaza de manera masiva aplicaciones de cubanos al parole

En los primeros 14 meses del programa, más de 86 mil cubanos habían sido beneficiados con la visa humanitaria. (Foto © Periódico Cubano)

En las últimas horas, más de 3.000 cubanos han visto sus solicitudes de parole humanitario denegadas por el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), llenando de desesperanza a esos solicitantes que habían esperado meses por la posibilidad de una migración segura y legal hacia territorio estadounidense.

La negativa masiva de las visas humanitarias bajo el programa de parole de la administración de Joe Biden, que entró en vigor para los cubanos en enero de 2023, ha puesto en alerta a muchos, incluido el periodista Mario J. Pentón, quien conversó sobre el tema con el abogado de inmigración Mayron Gallardo.

Para aquellos cuyas solicitudes fueron denegadas, el abogado Gallardo ofrece un rayo de esperanza: la posibilidad de reenviar la petición. Aclara que una denegación no es el fin del camino y que los solicitantes pueden volver a aplicar, aunque esta vez con una incertidumbre adicional sobre los motivos de la negación, ya que el gobierno no proporciona explicaciones específicas para las negativas de la visa humanitaria.

Entre las razones especulativas detrás de las negativas, se mencionan insuficiencias económicas o la falta de una razón humanitaria clara que justifique el parole. Sin embargo, estas explicaciones han sido cuestionadas por muchos, quienes afirman tener los medios económicos suficientes o casos humanitarios válidos.

Mario J. Pentón recoge testimonios de cubanos con parole denegado por USCIS

Mientras algunos expresan angustia y desesperación, otros buscan activamente soluciones y alternativas, manteniéndose esperanzados ante la posibilidad de un error sistemático o una futura aclaración por parte de las autoridades estadounidenses.

Un caso destacado es el de una mujer que patrocinó a dos familiares; uno fue aprobado y el otro, presentado apenas días después, recibió una negativa sin opción a apelación, lo que la obliga a iniciar el proceso desde cero. Otro testimonio proviene de una familia en Surinam que, tras un año de espera, se encontró con la negativa de su solicitud, disminuyendo sus esperanzas y dejándolos en una situación de incertidumbre legal y emocional.

Además, se relata la historia de una abuela y su nieto, donde solo el menor fue aprobado, dejando al hijo de la solicitante en Cuba y enfrentando el dilema de tener que separar a la familia. La desaprobación se presenta como un duro golpe para estas personas, quienes han seguido procedimientos legales y han mantenido la esperanza en el sistema.

Nora, una enfermera cubana residente en Tampa, comparte su incredulidad y desesperación tras recibir una negativa alegando ingresos insuficientes y problemas de estatus legal, pese a proporcionar pruebas en contra de esas afirmaciones. La denegación le impide brindar el cuidado necesario a sus ancianos suegros en Cuba.