Venta ilegal de cigarros mueve hasta 150 millones de pesos anuales en Santiago de Cuba

Cigarros en La Habana se venden en dólares (Imagen de referencia: Periódico Cubano)

La escasez de tabaco y de mejores fuentes de ingreso, han llevado a los ciudadanos de Santiago de Cuba a apostar por el comercio ilegal de cigarros que, según el gobierno de la provincia, mueve entre 100 y 150 millones de pesos al año.

De acuerdo con un reportaje de Diario de Cuba, aunque las autoridades retomaron la venta controlada de cigarros para intentar frenar el contrabando, esto solo propició que más personas ingresaran en el negocio ilegal.

Según la prensa oficialista, el gobierno intentaba “organizar el expendio de productos” como los cigarros Criollos, Populares, Titanes y Aromas, para evitar su acaparamiento y reventa.

Como sucede con muchos productos con los que se toman estas medidas, el racionamiento de máximo cuatro cajetillas por cliente a través de la “libreta” y la vigilancia de la compra legal, provocó que el contrabando creciera.

El citado medio pudo comprobar de primera mano que ya no existe la venta de cigarros en los puntos comunes donde se realizaba, como cafeterías, restaurantes, kioscos y puestos callejeros, y que las autoridades vigilan duramente el poco comercio lícito que queda, lo que cohíbe a los compradores.

Entre el extremo control que les impide adquirir más cajetillas, y la poca disponibilidad de los cigarros, los clientes recurren al mercado informal, donde una cajetilla puede costar hasta 100 pesos, dependiendo del tipo de cigarro.

Los negros cuestan solo 50, con filtro 60 y una caja con 20 gruesas puede estar entre los 6,000 y 10,000 pesos cubanos según la disponibilidad.

Estos precios implican un aumento de entre 5 y 8 veces sobre su precio reglamentario, pues el precio oficial de la cajetilla es de 10 pesos para cigarros negros y 12 para rubios.

Escasez de tabaco en Cuba

Aunque el tabaco es el principal bien de exportación de Cuba, la escasez de cigarros ha afectado por meses a varias de las provincias del territorio.

A la vez, mientras la industria representa miles de millones de dólares en ganancias para el gobierno, los campesinos que siembran el tabaco ganan menos de lo necesario para subsistir.

Desde hace semanas, varios de ellos confesaron estar pensando en abandonar las cosechas de este recurso para dedicarse a la siembra de alimentos o a otras labores, pues la cosecha de tabaco resulta tardada, difícil y poco redituable.

Varios señalaron no ganar lo suficiente para poder cubrir sus necesidades básicas, como alimentación y los pagos de sus servicios, además de tener que esperar un año para ver resultados de sus cosechas.

Esto en medio del aumento de precios por el ordenamiento monetario, y de la escasez de alimentos que, en su opinión, podrían ayudar a aminorar dedicándose a la siembra de hortalizas.

Los cigarros cubanos son vendidos como un producto de lujo, tanto a turistas que visitan la Isla, como en los países a donde se exportan, lo que no se refleja, ni en las ganancias de quienes los producen, ni en inversiones que favorezcan a la población.