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De alta el último hospitalizado por el incendio en los supertanqueros de Matanzas
El Ministerio de Salud no ofreció datos del paciente, ni su nombre, ni en cuál hospital ha sido atendido
El último paciente hospitalizado tras el incendio ocurrido en el mes de agosto en los supertanqueros de Matanzas, ha sido dado de alta, según confirmó el Ministerio de Salud Pública de Cuba.
El paciente, uno de los 146 que resultó herido durante el siniestro, calificado como el mayor desastre de su tipo ocurrido en el país, salió del internamiento durante la jornada de este miércoles, reveló el organismo estatal a través de Twitter.
Después de casi tres meses de ocurrido el accidente en la base que almacenaba combustible en Matanzas, el régimen castrista aún mantiene en secreto los resultados de la investigación. De igual forma, tampoco ha compartido datos sobre el costo económico y medioambiental que provocó el incidente.
Según el parte médico ofrecido por el Ministerio de Salud cubano, las principales víctimas fueron los bomberos que intentaron, sin recursos ni experiencia en fuegos de esta naturaleza, sofocar las llamas. Además de los fallecidos, se contabilizaron 129 personas que requirieron asistencia médica especializada y que ya han sido dados de alta en el transcurso de estos meses.
Información actualizada sobre el estado de los lesionados en el accidente en la Base de Supertanqueros de Matanzas.
En el día de ayer recibió el alta médica el último paciente que se encontraba hospitalizado.
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— Ministerio de Salud Pública de Cuba (@MINSAPCuba) November 3, 2022
Sin embargo, la estatal no ofreció ningún dato sobre el último accidentado que ha sido remitido, ni su nombre, ni en cuál hospital ha sido atendido, o cuáles fueron las lesiones que los obligaron a permanecer encamado hasta ahora.
Las principales instituciones que prestaron socorro a los heridos fueron los hospitales clínicos quirúrgicos ‘Faustino Pérez’, ubicado en Matanzas; así como en ‘Hermanos Ameijeiras’, ‘Calixto García’ y ‘Luis Díaz Soto’, los tres situados en La Habana.
La explosión, ocurrida el 5 de agosto de este año y la cual fue provocada presumiblemente por el impacto de un rayo, desató un infierno de proporciones gigantescas, donde perdieron la vida 17 personas, en su mayoría jóvenes que pasaban el Servicio Militar, obligatorio en la Mayor de las Antillas.
Cuatro contendores de grandes proporciones y con capacidad para almacenar 300 mil barriles de petróleo, resultaron sumamente dañados. Cuando las llamas lograron ser contendidas, los restos de estas estructuras comenzaron a ser demolidos como parte de una rehabilitación del área.
Asimismo, se llevaron a cabo labores de saneamiento para minimizar el impacto de los residuos sobre el manto freático, y la recogida del crudo derramado para concentrarlo en un espacio en específico.
Aunque Cuba tuvo ayuda de varios países como México y Venezuela, al parecer los dispositivos de lucha contra incendio en el país son obsoletos y datan de la época soviética, lo cual complicó aún más la tarea de contención.
Algunos de los sobrevivientes de una de las catástrofes más grandes de la historia en la Isla, fueron premiados con paquetes de pollo o con una botella de aceite, mientras las familias de las víctimas ya han pasado al olvido para la dictadura.