¿De qué países provienen los cardenales que elegirán al nuevo papa?

Un cardenal requiere 77 votos para ser elegido papa de la Iglesia Católica. (Captura de pantalla de referencia © Rome Reports – YouTube)

El cónclave más diverso de la historia comenzará mañana 7 de mayo en la Capilla Sixtina del Vaticano, donde 133 cardenales elegirán al próximo líder de la Iglesia Católica, tras la muerte del papa Francisco.

A pesar de que no existe una regla explícita que indique que los cardenales deben votar según su región o nacionalidad, la diversidad geográfica del cónclave de este año podría influir en las prioridades de los electores.

Los cardenales participantes son menores de 80 años y procedentes de 71 países diferentes, la mayoría son oriundos de Italia, Estados Unidos, Brasil, Francia, España, Argentina, Canadá, India, Polonia y Portugal.

El evento espera la presencia de 53 electores europeos, aunque podrían ser 52 si se confirma la ausencia de un cardenal español. Por su parte, Asia tendrá en el encuentro a unos 23 purpurados.

Respecto a las otras regiones, África tendrá 18, Norteamérica, 16, con 10 estadounidenses, 4 canadienses y 2 mexicanos; Centroamérica, 4; Sudamérica, 17; y Oceanía, 4, procedentes de Australia, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea y Tonga.

Los cardenales votarán cuatro veces al día hasta que uno de ellos obtenga 77 votos, cifra necesaria para garantizar la legitimidad de la elección y evitar resultados sorpresivos o inmediatos.

Si no se alcanza la mayoría requerida, se emitirá una fumata negra para informar al mundo. En cambio, cuando un candidato logre el número de votos necesario, se producirá una fumata blanca, señalando la elección del nuevo líder de la Iglesia Católica.

Un cardenal cubano participará en el cónclave para elegir al próximo papa

El cardenal cubano Juan de la Caridad García Rodríguez tiene confirmada su participación en el próximo cónclave, aunque no es considerado como un candidato favorito para obtener el papado.

García Rodríguez, nacido en Camagüey en 1948, se ha destacado por su dedicación a los sectores más vulnerables de la sociedad cubana y su vida de servicio al pueblo. Su presencia en el cónclave subraya la creciente relevancia de la Iglesia latinoamericana en los asuntos vaticanos.

Como arzobispo de La Habana desde 2016, ha mostrado un estilo sereno y su dedicación al servicio de los más necesitados. A pesar de las dificultades, su vida ha estado marcada por la búsqueda de la justicia social, la reconciliación y el compromiso con los derechos humanos, un equilibrio que ha mantenido a lo largo de los años.

El cardenal cubano, quien también ha sido un defensor de la liberación de prisioneros políticos en Cuba, se ha expresado abiertamente sobre la situación de los derechos humanos en la Isla. En enero de este año, celebró la excarcelación de más de 500 prisioneros, aunque lamentó no haber sido parte activa de las mediaciones entre el régimen y el Vaticano. En diversas ocasiones, solicitó la intervención del Papa Francisco para abogar por los derechos de los detenidos.