Díaz-Canel sobre el 15N: «Nadie va a aguarnos la fiesta»

El dictador Raúl Castro estuvo en la clausura VII Período Ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular. (Foto: Estudios Revolución)

El designado presidente Miguel Díaz-Canel aseguró que el 15 de noviembre “nadie va a aguarnos la fiesta”, refiriéndose a la Marcha Cívica por el Cambio prevista para ese día en todo el país.

Como parte de su estrategia para impedirla, el régimen pospuso el inicio del curso escolar, actividades por el 502 aniversario de La Habana, entre otras iniciativas. Eso es lo que el mandatario asegura el país celebrará el 15N. En otras palabras, hará de la represión y violación de derechos humanos una fiesta institucionalizada.

“El 15 de noviembre Cuba reabrirá sus fronteras y los estudiantes volverán a la escuela. La Habana esperará su aniversario. La vida irá retomando su curso, con la mayor alegría, pero alertas. Nadie va a aguarnos la fiesta. Ya estamos vacunados contra la COVID-19 y contra el miedo lo hemos estado siempre”, dijo al clausurar el VII Período Ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Durante el evento, al que asistió en dos ocasiones el dictador Raúl Castro, la Marcha acaparó la mayoría de las sesiones. La prensa oficialista se hizo eco de las declaraciones contra sus promotores y Estados Unidos, quien según el gobierno castrista escribe “el libreto” a seguir.

Díaz-Canel y sus seguidores temen mucho a la manifestación convocada por el grupo Archipiélago. Y eso lo percibe el pueblo, incluso aquellos ajenos a las redes sociales y el activismo político. Probablemente, en su historia, más allá del gastado embargo de EEUU, el oficialismo haya dedicado tanto espacio a la oposición. ¿Por qué lo hace? Si solo desea manifestarse una minoría, “mercenarios” sin principios, ¿Por qué se preocupa y ocupa tanto?

En su discurso, el presidente volvió a acusar a la embajada de Estados Unidos en La Habana de “promover la desobediencia civil, manifestaciones políticas y marchas masivas en contra de la legalidad establecida”.

También afirmó que el Socialismo será la solución de los problemas en Cuba; más bien ha sido la causa, pero resulta imposible para el castrismo dar su brazo a torcer 62 años después. Es mejor seguir pidiendo comprensión y resistencia al pueblo, que no aguanta una mentira más.

“Solo de nosotros depende la respuesta digna a ese inmerecido castigo (el embargo de EEUU). Nuestra originalidad está llamada a ser tan grande como su maldad. La Revolución está y estará permanentemente desafiada a ser excepcional por la capacidad de su pueblo de resistir y crear”, sentenció.

Antes de concluir, reconoció que el fracaso de la Tarea Ordenamiento ha tenido “efectos indeseados sobre la vida de los ciudadanos que hoy se expresan sobre todo en la dañina inflación”.

“Estos problemas no se resolverán de un plumazo. La Revolución nunca hará nada al margen de los intereses y demandas del pueblo. Este reto será vencido”, dijo sin ofrecer muchas esperanzas.