Casa natal de José Raúl Capablanca en el abandono total como toda Cuba

La casa de Capablanca está más cerca del derrumbe que de ser reconstruida de su nuevo. (Captura de pantalla © Cuba Noticias – TikTok)

De 1886 a la actualidad, el ajedrez registra 21 campeones mundiales. Todos los jugadores que han portado la corona del juego-ciencia han sido europeos, con la excepción de dos asiáticos, un norteamericano y un latino: José Raúl Capablanca.

Capablanca es el único que entre los siglos XIX, XX y XXI ostenta el máximo título de ese deporte para orgullo de Cuba. Fue el tercer campeón mundial de la historia y defendió esta posición desde que la arrebató al alemán Emanuel Lasker en 1921 y la perdió en 1927 frente al ruso nacionalizado francés Alexander Alekhine.

Su posicionamiento en la élite mundial fue tan destacado que recibió apodos como “la máquina de jugar ajedrez” y el “Mozart del ajedrez”, teniendo en cuenta que se coronó campeón nacional a los 13 años. Incluso hoy en día, a pesar de los grandes avances en materia de informática, el genio mantiene el score más alto de jugadas acertadas acorde a los avanzados modelos de computadora.

Capablanca no puede ser excluido cuando se habla de ajedrez o se enseña a jugarlo, inclusive en la serie de Netflix Gambito de Dama, cuyos episodios se desarrollan en los escenarios de este deporte, la protagonista pide un libro en la biblioteca para entender mejor el ajedrez y recibe Las Memorias de José Raúl Capablanca.

En las aulas de ajedrez, su nombre se utiliza como el autor de una anécdota de ficción en la que un humano se enfrenta a un extraterrestre en un juego de ajedrez, porque no existe en el reino de la diosa Caissa otra figura digna de semejante historia.

Amante de artistas y princesas, ídolo de la moda y genio del tablero, el antillano es tratado históricamente con respeto y admiración; un trato que en estos días no se le da en su propio país natal, donde el torneo que lleva su nombre muestra hasta una pérdida de prestigio en comparación con otras competencias regionales.

En abril de 2021, Periódico Cubano reportaba que la casa en la que por años residió, conocida como Villa Gloria, construida con el dinero del premio obtenido del match contra el alemán Emanuel Lasker, estaba totalmente en la ruina.

En medio de un régimen comunista y el continuo adoctrinamiento para idolatrar al dictador fallecido Fidel Castro, sobre todas las cosas, la casa natal de Capablanca se encuentra como toda la Isla, abandonada y en ruinas.

Ahora en el perfil de TikTok Cubanoticias se encuentra publicado un video sobre un recorrido en el interior de la casona que tienes más posibilidades de derrumbarse que de ser reconstruida. Frente ella, se pueden ver también los restos de lo que debió haber sido un monumento en honor al campeón mundial, pero solo es un pedazo de concreto con imágenes de piezas despintadas.

En los comentarios se menciona que la casa era parte de la admirable arquitectura cubana hasta antes de la revolución. Internautas también dicen que la vivienda llegó a ser oficina del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y, tras su desuso por parte del gobierno, poco a poco comenzó a ser desmantelada hasta quedar en condiciones inhabitables.

El régimen podrá hablar bien de Capablanca en sus discursos, pero la realidad de esa vivienda solo demuestra el verdadero desinterés hacia el legado del campeón mundial. Estoy seguro de que a miles de fans del ajedrez les gustaría jugar un torneo en ese lugar o, si estuviera habilitado como un club o una escuela, también les encantaría ser parte de ello.

La casa hasta podría ser un museo en honor al ajedrecista, pero el castrismo no tiene interés en ofrecerle este atractivo. Tal parece que la destrucción es lo único que se le puede dar al histórico jugador y para el mismo rumbo va su torneo, el Memorial Capablanca.

Esa competencia pasó de ser la mejor pagada del mundo en su primera edición en 1962 y registrar entre sus participantes a campeones mundiales como Boris Spassky, Bobby Fischer y aspirantes como Víktor Korchnói, Miguel Najdorf, Tony Miles, Leinier Domínguez y Vassili Ivanchuk, a una lid sin interés para la elite ajedrecista.

El campeón del grupo elite de la última edición, celebrada el año pasado, fue el joven danés Jonas Buhl Bjerre, quien actualmente se encuentra en el puesto 90 del ranking de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, por sus siglas en francés). Además, ninguno de los otros competidores de ese apartado de la competencia se encuentra entre los primeros 80 lugares de este colofón.

Obviamente, el régimen no quiere invertir los recursos para regresar el prestigio al torneo, y a ello se le suma el rechazo de grandes maestros a ir a jugar a Cuba por la misma existencia de una autoridad con serias acusaciones de violación a los derechos humanos.