NOTICIAS DE CUBA
Fuera de control brote de sarna en prisión de Guanajay
Los presos no son atendidos
Las condiciones de los presos políticos en Cuba son infrahumanas: además de los actos de repudio y torturas que sufren dentro de las cárceles, se ven expuestos a enfermedades que las autoridades carcelarias no tratan.
En el centro penitenciario de Guanajay, provincia Artemisa, fue reportado un brote -que se encuentra fuera de control- de escabiosis o sarna, como se le conoce popularmente. Esta información la hizo saber Yeremin Salsines, preso del 11J, a su esposa Irma Rabelo Aragón en una llamada telefónica.
A los “infectados los llevaron para las celdas de castigo o aislamiento donde solo les proporcionan agua caliente, ni medicinas ni ungüentos, ni nada más”, denunció la activista Saily Gonzáles Velázquez en sus redes sociales.
Si no hay medicinas ni en los centros de salud, “¿qué va a haber para los presos políticos?”, reflexionó la ex moderadora del grupo Archipiélago, residente en la provincia de Villa Clara.
En el mes de noviembre familiares de Juan Enrique Pérez Sánchez, detenido por participar en las protestas del 11J, denunciaron que el hombre además de haber sido torturado tenía lesiones provocadas por la enfermedad de la piel antes mencionada.
“Tiene dos costillas rotas y está lleno de sarna. A su abogado no lo dejan verlo, él pidió al fiscal del caso un cambio de medida, que fue soltarlo bajo fianza y le fue negado”, afirmó su cuñada Daya Batista en Facebook.
La presencia de la escabiosis en Cuba ha aumentado en los últimos meses debido, entre otros factores, a las pobres condiciones higiénicas en las que viven numerosas familias y el clima favorable para reproducción de los ácaros.
A lo anterior se debe sumar la escasez de fármacos para tratar este padecimiento. Numerosas son las peticiones de ayudas en las redes sociales para adquirir, por ejemplo, Permetrina en crema, pues la red de farmacias de la Isla no cuentan con ella.
Las imágenes de bebés con la piel sumamente dañada debido a la patología son desgarrantes, por lo que la desesperación de las madres se ha volcado a internet, donde junto a las muestras de solidaridad abundan también los elevados precios de los fármacos.
