Gran Logia de Cuba elige a Juan Alberto Kessel Linares tras escándalo de corrupción

Al cónclave asistieron más de 300 miembros de logias nacionales, que dieron su apoyo a la designación de Kessel Linares. (Foto: Kessel Linares – Facebook)

La Alta Cámara Masónica de la Gran Logia de Cuba sesionó de manera especial el pasado domingo 24 de marzo para elegir a un nuevo líder de manera provisional, en medio de los escándalos de corrupción que azotan a dicha organización y que llevaron a la expulsión del Gran Maestro Mario Alberto Urquía Carreño.

Ahora, para la posición de Gran Maestro se eligió a Juan Alberto Kessel Linares, quien ha dedicado más de 15 años de servicio a la masonería cubana, incluyendo roles destacados como Gran Tesorero y Gran Maestro de Ceremonia.

Al cónclave asistieron más de 300 miembros de logias nacionales, que rechazaron a Urquía Carreño, acusándolo abiertamente de “ladrón, usurpador, sinvergüenza, traidor” por la desaparición de 19 mil dólares de la oficina de la Gran Logia. En su lugar, dieron su apoyo a la designación de Kessel Linares, con el deseo de renovación dentro de la Gran Logia de Cuba y restauración de la credibilidad y la estabilidad institucional.

A través de las redes sociales, miembros destacados como Pompilio Portuondo han expresado su apoyo a las medidas adoptadas, reafirmando el compromiso de la comunidad masónica con la justicia y la transparencia.

La masonería cubana, ahora bajo la dirección de Kessel Linares, se enfrenta al desafío de reconstruir su imagen y fortalecer su estructura interna luego de 164 años de existencia.

Kessel Linares es maestro titular de la Logia Pi Margall, de La Habana. También ha sido representante ante la Alta Cámara por más de 15 años; fungió como Gran Tesorero de la Gran Logia de Cuba, es Gran Maestro de Ceremonia de la Alta Cámara del Rito (Supremo Consejo del Grado 33 para la República de Cuba) y delegado provincial del Supremo Consejo. Fue candidato a Gran Maestro en el año 2022.

La masonería en Cuba, desde su aparición en el siglo XVIII hasta su consolidación en el XIX, se ha caracterizado por su compromiso con la promoción de la democracia y la nación cubana, reflejándose en la participación de masones en los movimientos independentistas. La organización se adaptó y resistió a lo largo del tiempo, enfrentando tanto desafíos internos como la represión colonial.

La masonería cuenta con una rica tradición de contribución al tejido social y cultural de la nación desde el Gran Oriente de Cuba y la Antillas (GOCA), que sentó las bases de una estructura que sirvió como caldo de cultivo para las conspiraciones independentistas.