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Juana Bacallao fue sepultada sin placa de identificación en el Cementerio de Colón

FARÁNDULA

Juana Bacallao fue sepultada sin placa de identificación en el Cementerio de Colón

El olvido a su memoria no solo se refleja en la ausencia de una placa en su tumba 

Conocida como “La show-woman de Cuba”, la cantante, de 98 años, falleció el 24 de febrero de 2024. (Captura de pantalla © La Risa Terapia – YouTube)

El estado de la tumba de Juana Bacallao, conocida cariñosamente como ‘La Diosa Negra’ de la música cubana, ha causado gran consternación y molestia entre sus seguidores y la comunidad en general.

La reconocida artista, quien falleció el 24 de febrero a los 98 años en el Hospital Militar ‘Carlos Juan Finlay’ de La Habana, descansa ahora en el Panteón de Cultura del Cementerio de Colón, sin ninguna identificación que marque su sepultura. A diferencia de otras figuras prominentes de la cultura cubana enterradas junto a ella, como José Luis Cortés y Adalberto Álvarez, la tumba de Bacallao permanece sin nombre, dificultando a sus admiradores poder rendirle el debido homenaje.

El olvido a su memoria no solo se refleja en la ausencia de una placa en su tumba, sino también en las circunstancias que rodearon su despedida. Durante su velorio, realizado discretamente en la funeraria de Calzada y K, apenas unas pocas personas pudieron despedirse de la icónica cantante, con anuncios oficiales sobre sus honras fúnebres divulgados tardíamente, si acaso.

Esta situación contrasta agudamente con los homenajes que reciben otras figuras de la cultura cubana, lo que ha intensificado las críticas hacia las autoridades por su aparente desinterés y falta de respeto hacia Juana.

La prensa independiente jugó un papel crucial al denunciar el abandono de la artista, provocando que las autoridades culturales y los medios oficiales finalmente reconocieran su estado de salud. Sin embargo, para muchos, este reconocimiento llegó demasiado tarde. En redes sociales, la indignación fue palpable, con numerosos seguidores expresando su descontento por no haber podido acompañar a Bacallao en sus últimos momentos debido a la falta de información sobre el lugar y tiempo de sus honras fúnebres.

El Cementerio de Colón, donde yace Juana Bacallao, es conocido por albergar muchas tumbas sin nombre y sepulcros que han sido olvidados o destruidos por el tiempo, la desidia, o incluso saqueos. La situación de Bacallao resalta la necesidad de que figuras culturales de su estatura sean recordadas y honradas adecuadamente. Su legado en la música y la cultura de la Isla merece, al menos, un modesto identificador en su lugar de descanso, algo que permita a sus seguidores continuar expresando su admiración y respeto, que tan firmemente se ganó en vida.

Este caso de aparente negligencia ha reavivado el debate sobre cómo se honra la memoria de las figuras culturales en Cuba, especialmente aquellas que, como Bacallao, han dejado una huella imborrable en el corazón de su pueblo.

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