Médicos cubanos en Perú regresan a la Isla sin poder entrar a las salas de cuidados intensivos

Médicos cubanos en Perú regresen a la Isla sin poder entrar a las salas de cuidados intensivos. (Foto: Prensa Latina)

La misión médica cubana en Perú, integrada por 85 miembros, regresó a Cuba tras 5 meses de enfrentamiento a la pandemia de coronavirus, pero sin poder entrar a las salas de cuidados intensivos de los hospitales, pues en el país andino se exige una certificación que los cubanos no poseen.

“Ninguno puede ingresar a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), porque no tienen la especialidad para tratar a estos pacientes críticos”, confesó al diario local Gestión el consejero regional de Moquegua, Luis Caya Salazar.

Según dijo a la ACN el embajador de Cuba en Perú, Sergio González, los médicos atendieron 115.849 casos, realizaron 239.720 procedimientos de enfermería y salvaron 627 vidas de pacientes en cuidados intensivos, en las regiones de Áncash, Arequipa, Ayacucho y Moquegua.

Desde junio pasado el Gobierno cubano mandó 50 médicos y 35 enfermeros a Perú, por cada uno de ellos se cobró 2 mil dólares mensuales.

En Perú hay más de 995.890 casos acumulados de Covid-19 y más de 37.000 muertes, según los datos recopilados por la Universidad Johns Hopkins.

Las autoridades cubanas aprovecharon la pandemia de coronavirus para enviar médicos de “misión solidaria” a 39 países del mundo, a cuyos gobiernos cobraban en dólares por sus servicios. A los médicos a su llegada a Cuba se les pagaba en pesos cubanos convertibles (CUC) en una cuenta en tarjeta magnética que ahora desaparecerá de la circulación monetaria del país.

Informaciones oficiales del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) indican que al menos 4 mil galenos cubanos han viajado al exterior en estos meses de pandemia mundial. Unas tres decenas de brigadas médicas cubanas han arribado a países como Nicaragua, Venezuela, Jamaica, Granada, Andorra, Italia, Argentina, Cabo Verde y Surinam, entre otros.

Médicos cubanos abandonan definitivamente el país

Una de las brigadas cubanas sufrió la deserción del anestesiólogo Dariel Romero, uno de los jefes de la misión que escapó con una enfermera para tratar de pedir asilo en España.

Romero también era capitán de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba (FAR) y fungía como secretario de uno de los núcleos políticos del Partido Comunista Cubano en el Hospital Militar Carlos J. Finlay.