Desde la cárcel de Boniato un preso político pide a Ninoska Pérez que no olviden su causa

Ibrahim Domínguez fue condenado a una década tras las rejas por manifestarse pacíficamente. (Captura de pantalla © La Poderosa – YouTube)

En un emotivo encuentro radial, la periodista Ninoska Pérez conectó con el mundo las palabras de Ibrahim Domínguez, preso político recluido en la cárcel de Boniato, en Santiago de Cuba.

Durante una llamada telefónica realizada en pleno programa de la emisora La Poderosa, Domínguez compartió un mensaje desgarrador, implorando a sus compatriotas tanto en la Isla como en el exilio que no se olviden de los miles de hombres y mujeres encarcelados bajo el régimen de los Castros por motivos políticos.

Domínguez se encuentra entre los casi 1.000 cubanos que enfrentan largas condenas por haber participado en las protestas del 11 de julio de 2021, exigiendo libertad y denunciando el colapso del sistema de salud, entre otras graves violaciones a los derechos humanos.

La respuesta del régimen fue una condena de 10 años para Ibrahim, cuyo juicio estuvo plagado de irregularidades, incluyendo testimonios coaccionados y falta de acceso a la evidencia por parte de su defensa.

Desde la cárcel de Boniato, conocida por sus brutales condiciones, incluidos la falta de asistencia médica, alimentos y el abuso físico perpetrado por guardias como el capitán Humberto García Tuset, Ibrahim mantiene su espíritu de rebeldía. A pesar de los riesgos, afirmó su compromiso con la lucha por la libertad de Cuba, resaltando el acoso que su familia ha sufrido por su posición.

Este relato no solo revela las atrocidades cometidas contra los presos políticos en Cuba, sino que también subraya la resistencia y el deseo de cambio que persiste en el corazón de muchos cubanos. A través de su llamada, Ibrahim pone de manifiesto la importancia de la solidaridad internacional y el apoyo continuo a aquellos que se atreven a levantar la voz contra la dictadura y luego sufren la injusta prisión, mientras en el país todo sigue igual.

No obstante, Ninoska Pérez sugiere que Cuba está en un punto de inflexión, impulsado no por negociaciones políticas o avances económicos, sino por la ira y humillación que sienten sus ciudadanos. La comunidad internacional no debe cerrar los ojos ante estos llamados a la acción, recordando siempre el poder de la solidaridad y el apoyo a aquellos que luchan por su libertad y derechos humanos.