Prensa oficialista presume el trabajo como agricultor de un niño de 12 años

La prensa oficialista cubana una vez más trata de hacer lucir las carencias y la necesidad de la población como un “triunfo” revolucionario, romantizando en esta ocasión el trabajo infantil al que se ve obligado un niño de 12 años para alimentar a su familia.

Fue el diario estatal Juventud Rebelde el que, con el titular “Retoño agricultor”, celebra que el preadolescente Diago Alejandro Tejas Bernal desempeñe desde su temprana edad las labores de campesino, orillado por la escasez de alimentos que azota a la Isla desde hace más de un año.

El niño, radicado en el Consejo Popular Parque, de la ciudad de Sancti Spíritus en la provincia homónima, dedica sus días al cultivo de varias frutas y verduras, que incluyen tomates, papaya, ajíes, boniatos y calabazas, en una pequeña parcela entre edificios.

“Manos aún tiernas acomodan con amor las dosis exactas de agua y retiran la maleza para que los brotes nazcan con fuerza. Un panorama que rompe con la cotidianidad citadina”, señala el medio estatal, reconociendo la corta edad del menor para dedicarse a las labores del campo.

“Mi abuelo me enseñó porque él antes lo hacía en la comunidad de Paredes. Unas veces guataqueo, hecho agua, miro cómo van creciendo… Ya en mi casa comemos lo que siembro, así no hay que salir a comprar algunas cosas a la calle”, explica Diago.

Aunque el niño disfruta la labor del campo, la necesidad de cosechar, que el diario califica de “atípica” para su edad, viene en realidad de la poca disponibilidad de alimentos que existe en su comunidad y en general en todo el territorio.

Esto es que, si la familia de Diago contara con todas sus necesidades alimentarias cubiertas, sin tener que pasar por largas colas y recorrer varios locales antes de encontrar lo necesario, además de que esto fuera económico y accesible, quizá él habría desarrollado el gusto solo como un pasatiempo de verano y no como una labor diaria con tantas variedades de cosecha.

El reportaje hace énfasis en la intención del niño por seguir cultivando y volverse agrónomo en el futuro.

“Él quiere tener vacas, caballos… y yo le respondo que todo será en su justo momento. En mí siempre tendrá el apoyo porque estaré a su lado para que pueda lograr cada meta”, comentó la madre del menor, Yanelys Bernal.

Sin embargo, en esas ambiciones no se contemplan las limitaciones que impone el gobierno de Cuba a sus campesinos, los cuales no perciben prácticamente ninguna ganancia con lo que producen, no deciden qué ni cuándo sembrar, ni tampoco tienen poder sobre cómo disponer de sus cosechas.

Recientemente, campesinos cubanos han alertado que la escasez de alimentos en Cuba podría intensificarse ante la falta de apoyos y las excesivas multas que las autoridades dan a los campesinos, a veces por intentar sacar algo de dinero extra con sus propias cosechas a pesar de ya haber entregado su cuota correspondiente.

Esta no es la primera vez que el gobierno trata de disfrazar la escasez de alimentos con la “iniciativa” de sus niños, en una campaña que busca cada vez convencer a más cubanos de sembrar lo que puedan y “dónde puedan” para aplacar la crisis.