Preso político cubano enfrenta serias dificultades de salud mental

De la Torre Hernández, arrestado el 11 de julio de 2021 y brevemente liberado en septiembre del mismo año, fue luego juzgado y encarcelado de nuevo. (Foto © Adel de la Torre – Facebook)

Adel de la Torre Hernández, quien fue encarcelado por siete años tras participar en las protestas pacíficas del 2021, enfrenta serias dificultades de salud mental, agravadas por la falta de atención médica adecuada y los maltratos físicos recibidos por parte de los guardias de la prisión.

Su madre, Anayl Hernández Collado, clama desesperadamente por apoyo para su hijo, diagnosticado con una enfermedad mental en 2017, condición que se ha visto empeorada durante su encarcelamiento.

De la Torre Hernández, arrestado el 11 de julio de 2021 y brevemente liberado en septiembre del mismo año, fue luego juzgado y encarcelado de nuevo. Mientras esperaba su juicio, contribuyó en las labores de rescate tras el desastre del Saratoga.

“Desde 2017, mi hijo sufre de esquizofrenia. Actualmente, ha sido agredido por la policía de la prisión y confinado en aislamiento. Tanto él como yo somos cristianos. Esta situación me ha causado tres derrames cerebrales. Su padre, también esquizofrénico y paranoico, falleció debido a este sufrimiento”, relató Anayl Hernández Collado al Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH).

La señora recuerda que Adel es inocente y que en prisión es objeto de abuso por su fe cristiana. “Lo identifican por su fe y es golpeado por grupos de personas. Incluso, han intentado inducirlo al suicidio, cuestionando su fe y retándolo a que ‘su Dios lo salve’”, añadió.

El OCDH denuncia la situación de Adel y de otros detenidos, tanto políticos como comunes, que enfrentan tratos inhumanos en las cárceles cubanas. Según las Reglas Nelson Mandela de la ONU, es deber del Estado proveer atención médica a los reclusos.

La situación de los presos por motivos políticos y de conciencia es crítica y se ha convertido en una crisis humanitaria, exacerbada por las pésimas condiciones carcelarias y el abuso de poder. El OCDH insta al gobierno de La Habana a atender las solicitudes de amnistía de los familiares de los presos, apoyadas por la comunidad, o a buscar otras soluciones legales urgentes para liberar a los detenidos políticos.

El ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parilla, posee la documentación necesaria para estas acciones, proporcionada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y respaldada por instituciones internacionales, siempre que exista la voluntad política y humanitaria para ello.

Casos de presos políticos con problemas graves de salud mental

• Abel Lázaro Machado Conde, condenado a nueve años por presuntos “desórdenes públicos y sabotaje”. Sufre de una alteración conductual de origen orgánico, con un elevado riesgo de comportamiento suicida, hipotiroidismo, ansiedad y trastorno por déficit de atención.
• Amalio Álvarez González, condenado a 15 años por la presunta infracción de “sedición”. Es un paciente con problemas psiquiátricos, propenso a autoinfligirse daño, y se quedó huérfano de madre a la edad de un año debido al suicidio de esta. Proviene de un entorno de escasos recursos económicos.
• Dayron Martín Rodríguez, condenado a 22 años por la presunta infracción de “sedición”. Sufre esquizofrenia y tiene un historial de intentos de suicidio.
• Walnier Luis Aguilar Rivera, condenado a 12 años por la presunta infracción de “sedición”. Presenta una discapacidad intelectual marginal de origen orgánico y ha recibido tratamiento psiquiátrico desde la infancia. Es padre de dos hijos menores, quienes actualmente dependen económicamente de su abuelo paterno.
• Yanley López Basulto, condenado a ocho años por presuntos “sabotaje continuado, agresión y desórdenes públicos”. Es un joven con un trastorno de personalidad mixta, bajo tratamiento psiquiátrico desde la infancia, y con antecedentes familiares de esquizofrenia.