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Madre cubana fue arrestada en La Habana por buscar a su hijo en la estación policial

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Madre cubana fue arrestada en La Habana por buscar a su hijo en la estación policial

“Me tomaron las huellas, dedo a dedo, luego fotos. Ellos hablaban de hacerme un expediente como si hubiese cometido un delito”

Madre fue arrestada en La Habana por ir a buscar a su hijo a la estación de policía

La mujer aseguró que preguntó de manera calmada por el paradero de su hijo. (Collage: Mayda Yudith Sotolongo Yera-Facebook)

Una cubana denunció haber sido arrestada tras acudir a la estación de policía Oncena de San Miguel del Padrón, en La Habana, para preguntar por su hijo, quien fue arrestado de manera violenta durante el estallido social del pasado 11 de julio.

CubaNet reportó que Mayda Yudith Sotolongo, de 50 años de edad, acudió a la unidad policial luego de que unos vecinos le advirtieran que los oficiales había golpeado a su hijo, identificado como Yunior, durante las manifestaciones.

La mujer contó que preguntó de manera calmada por el paradero de su hijo, pues le habían dicho que fue golpeado en el momento del arresto.

“Yo ni siquiera alcé la voz, a pesar de que ardía, porque sé que ellos pueden acusarte de desacato. Solo les dije que de allí no me iba hasta que me lo enseñaran, que yo tenía que ver en qué condiciones estaba, que era su madre”, refirió.

Mayda Yudith comenzó a ser fotografiada por las autoridades, pese a que ella solo acudió a buscar a su hijo y no participó en las protestas sociales.

“Me tomaron las huellas, dedo a dedo, luego fotos. Ellos hablaban de hacerme un expediente como si hubiese cometido un delito”, agregó.

La mujer indicó que las declaraciones de los vecinos la preocuparon, pues le dijeron que había sido subido a un camión después de recibir una fuerte golpiza.

“Los vecinos presentes me aseguraron que mi hijo parecía un muñeco por el aire dando vueltas. Tres boinas negras lo patearon y le pisaron la cabeza. Luego lo tiraron sangrando en un camión como si fuera un saco y no un muchacho con discapacidad física”, sostuvo.

La madre afirmó que fue desnudada en busca de algún aparato de grabación, denuncia que ha sido realiza también por otras personas detenidas. Además, asegura que fue montada en un camión junto a varias mujeres, quienes sin ser notificadas de nada fueron trasladadas a la prisión de 100 y Aldabó.

“Me metieron en un hueco de 4×4 metros con otras detenidas. Era una celda oscura, sin ventanas, donde no sabía si era de día o de noche.  El calor y los mosquitos no dejaban dormir.  Todo el día sudaba y no nos daban agua”, detalló.

Mayda Yudith, liberada el 14 de julio, explicó que su hijo no estaba participando en las protestas, pues solo había salido a ver a la gente.

“El mismo presidente incitó a que salieran a fajarse unos con otros, pero al oírlo se asomaron muchos curiosos que nunca habían visto una manifestación y querían saber”, dijo.

Los testigos le comentaron que la gente iba tranquila gritando consignas, hasta que los militares llegaron y comenzaron a agredirlos. El joven intentó regresar a su vivienda, pero fue alcanzado por los boinas negras.

“Primero lo recluyeron en la prisión de jóvenes Ivano del Cotorro. Llegué allí para saber de él y me topé con colas en las afueras. Eran familias revisando unas planillas a ver si hallaban los nombres de sus allegados. Era una escena impactante”, mencionó.

El pasado 25 de agosto, la madre acudió a llevar alimentos para su hijo, pero no le permitieron verlo, por lo que insistió hasta que las autoridades reconocieron que lo habían trasladado días antes a otra prisión debido a que se contagió de COVID-19.

“Mi hijo salió sano de mi casa y ahora sufre escabiosis. Tiene los dedos de los pies reventados que no puede caminar y se enfermó con el virus, aunque tenía las tres dosis de Abdala”, aseveró.

La mujer reveló que ha perdido la confianza en las autoridades y ahora teme por la vida de su hijo: “Me siento muy vulnerable, expuesta, en total indefensión. Es como estar atada de manos y pies, contra la pared con una espada apuntando al pecho, sin poder ni siquiera gritar o pedir auxilio”.

De acuerdo con el citado medio, esta madre logró ver a su hijo el pasado 17 de agosto. Sin embargo, no pudo abrazarlo, pues lo colocaron en un extremo de la mesa mientras ella se sentaba en el otro.

“En cuanto me vio empezó a llorar. No podía ni hablar. Miraba para los militares que estaban alrededor y con miedo, bajando la voz, me confesó que le habían dado mucho golpe y hasta los perros le tiraron. Me repetía una y otra vez: mami, sácame de aquí”, concluyó.

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