Apagón en el Vedado, pero la Torre K sigue iluminada: la desigualdad energética en Cuba

La construcción de la Torre K ha costado alrededor de 200 millones de dólares, una cifra que podría haberse destinado a mejorar la infraestructura nacional. (Foto © Periódico Cubano)

La noche del 9 de mayo, el Vedado en La Habana sufrió un apagón generalizado, afectando a miles de residentes que vieron cómo se cortaba el suministro eléctrico en sus hogares. En contraste, la Torre K, un lujoso hotel de 42 plantas, continuó con su servicio eléctrico intacto.

El imponente edificio, que alcanza los 154 metros de altura, es el más alto de Cuba y abrió sus puertas en febrero de 2025. Con 594 habitaciones de alta gama, la Torre K ha sido un símbolo de las prioridades turísticas del gobierno cubano.

Mientras los apagones se intensifican en toda la capital, los ciudadanos deben soportar cortes de energía prolongados debido a un déficit de generación que afecta tanto a viviendas como a centros de salud. Sin embargo, las instalaciones turísticas de lujo, como la Torre K, siguen disfrutando de energía constante, lo que ha desatado fuertes críticas en la población.

La construcción de la Torre K ha costado alrededor de 200 millones de dólares, una cifra que podría haberse destinado a mejorar la infraestructura nacional, incluyendo la construcción de nuevas plantas de energía o la mejora de hospitales y servicios básicos. La situación refleja la política del gobierno, que ha priorizado el turismo de lujo sobre las necesidades fundamentales de la población, lo que ha generado creciente indignación y demandas de equidad.

Por otro lado, la salida de la central termoeléctrica (CTE) Antonio Guiteras del sistema eléctrico de Cuba, la planta de mayor capacidad unitaria del país, ha provocado un incremento de los apagones en varias regiones. La parada programada el 5 de mayo, debido a un mantenimiento que durará al menos cinco días, tiene como objetivo realizar correcciones técnicas y mejorar la capacidad de generación, aunque la planta, que tiene casi 40 años, requiere mantenimientos frecuentes.

El déficit de generación es también causado por la falta de disponibilidad de otras unidades, como la de Renté y Céspedes, que continúan en mantenimiento prolongado. Durante las horas de máxima demanda, los apagones afectan gravemente a millones de cubanos, con un déficit de hasta 1.680 MW por la noche. Aunque se espera que algunas unidades se reincorporen al sistema a mediados de semana, el impacto en la vida cotidiana es considerable.

El gobierno ha sido criticado por la decisión de retirar la Guiteras del sistema cuando otras plantas están averiadas, y muchos cubanos sugieren que la crisis energética está relacionada con la escasez de combustible. La situación es particularmente grave en las provincias orientales, que enfrentan hasta 20 horas de apagón diario, mientras que La Habana recibe un trato preferencial.

La falta de transparencia en los horarios de apagones también genera frustración, con ciudadanos exigiendo información más clara y anticipada sobre los cortes de electricidad. En medio de estas dificultades, algunos cubanos han expresado su descontento con la gestión del mantenimiento y las prioridades del gobierno.