Con 137 presos políticos, diputada afirma que “en Cuba nadie es sancionado por su forma de pensar”

En medio de la ola represiva contra los activistas del Movimiento San Isidro (MSI), la diputada cubana María Yolanda Ferrer Gómez, afirma que “en Cuba nadie es sancionado por su forma de pensar”.

La cita, contenida en un artículo del diario oficialista Granma, fue seleccionada incluso como título del mismo, con la presunción del medio oficialista sobre la supuesta tolerancia del gobierno, aunque el propio presidente designado Miguel Díaz-Canel ha reconocido que hay represión en la Isla.

Sin embargo, a pesar de lo que clama la funcionaria, las pruebas sobre la falta de libertad de expresión están contenidas en la propia constitución cubana.

Tan solo el polémico Decreto-Ley 370, que ha sido criticado por organizaciones y activistas dentro y fuera de la Isla, es una violación total de la libertad de expresión, sancionando cualquier opinión o crítica negativa al gobierno en medios virtuales, incluyendo redes sociales personales.

La represión en la Isla, no solo afecta a activistas y opositores que abiertamente se declaran contra el gobierno comunista, sino a cualquier ciudadano que se contraponga total o parcialmente a las ideas impuestas por el mismo a través de su adoctrinamiento y propaganda.

Portada del diario Granma este 9 de diciembre. (Foto © Granma – Web) 

Desde la cárcel para quienes pretenden educar a sus hijos en casa, las agresiones a figuras religiosas como los pastores evangélicos que intentan ayudar a la población vulnerable y las expulsiones a alumnos que se niegan a rendirle culto al fallecido dirigente Fidel Castro, los ejemplos abundan.

A la vez, dicha represión es reconocida por figuras cubanas en incluso fuera de la Isla, como el cineasta Ernesto Daranas, quien nombró y rechazó la represión en la Isla.

“En Cuba hay juicios sumarios y gente presa, detenida, sitiada o expulsada de su trabajo solamente por sus ideas. Eso debe cesar”, declaró recientemente en el blog del escritor Julio César Guanche.

Cargos contra opositores

Aunque para disfrazar su intolerancia el gobierno cubano suele imputar cargos “verdaderos” a disidentes y opositores, tales como “desacato”, “subversión” y “atentado”, lo cierto es que desde las raíces esos mismos cargos confirman que son apresados por su forma de pensar.

Si “desacato” significa desobediencia y su desobediencia es contradecir a las autoridades, esto correspondería entonces a ser sancionado por su forma de opinar. Mismo caso el de subversión.

En todos los casos, se trata de personas que son arrestadas por contradecir las ideas del gobierno, como los propios dirigentes lo han presumido en medios oficiales, admitiendo entonces que sí es por su forma de pensar que enfrentan multas o hasta cárcel.

El caso de Silverio Portal, quien permaneció en prisión por más de 2 años y medio por reclamar viviendas dignas para todos los cubanos, es otro ejemplo.

Más recientemente están los activistas del Movimiento San Isidro (MSI), cuyo integrante Denis Solís fue condenado a 8 meses de prisión por “desacato”, pero cuyos compañeros han sido señalados principalmente por su manera de pensar e incluso por el arte que realizan, por lo que incluso han pedido apoyo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La Isla incluso ocupa los últimos lugares en libertad de expresión, según la Sociedad Interamericana de Prensa, que incluso teme una nueva ola represiva como la Primavera Negra del 2003.

“No es sorpresa para la SIP que la dictadura cubana obstruya e impida el derecho a la libertad de expresión, lo que desnuda más de 60 años de censura directa contra periodistas independientes y disidentes”, declaró Carlos Jornet, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la entidad.

Mientras el gobierno continúa negando la represión que ha quedado documentada en innumerables ocasiones por sus opositores y las burlas que ellos mismos colocan en sus redes sociales oficiales, más de 130 personas se encuentran presas en Cuba sin haber causado un solo daño a terceros.

De acuerdo con la organización Prisoners Defenders, estos 137 cubanos califican como “presos políticos”, pues literalmente fueron encerrados solo por su disidencia, sin haber perjudicado a terceros con sus acciones o ideas, pero con sentencias de meses y hasta años de cárcel.