Cuando los Reyes Magos regresaron a Cuba y enfurecieron a Fidel Castro

El personal de la embajada española se disfrazó de los Reyes Magos y montados en carrozas repartieron caramelos entre los residentes sorprendidos y niños emocionados que transitaban por el Paseo del Prado, en plena Habana Vieja. (Foto de referencia: Periódico Cubano)

En enero de 2001, en medio de relaciones algo tensas con el cuarto presidente del Gobierno de España, José María Aznar López, el Centro Cultural de la nación ibérica en La Habana, con el apoyo de la embajada, organizó la primera cabalgata de Reyes Magos en la Isla luego de varias décadas sin celebrarse.

Con el permiso de las autoridades cubanas y el resguardo de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) —que puso a disposición del evento sus mejores patrullas y agentes motorizados—, el personal de la embajada española se disfrazó de los Reyes Magos y, montados en carrozas, repartieron caramelos entre los residentes sorprendidos y niños emocionados que transitaban por el Paseo del Prado, en plena Habana Vieja.

De ahí desfilaron hasta la sede del Centro Cultural de España y regresaron repartiendo dulces. Horas después, cuando los medios oficialistas locales divulgaron la noticia, el hecho fue mostrado como una “lamentable y peligrosa arrebatiña” de “monarcas importados”, indiferente e insensible ante la alegría y fantasía infantil que se pretendía transmitir.

Según la Biblia, los Reyes Magos eran tres hombres sabios que vivían en Oriente y que siguieron una estrella hasta Belén, lugar donde Jesús había nacido. (Foto de referencia: Periódico Cubano)

La prensa local tildó al desfile de la Epifanía de “payasos, magos de pacotilla”, acusándolo de querer “dar limosnas” a los niños del país. El periódico Juventud Rebelde cuestionó: “¿Con qué derecho humillan a nuestros niños, lanzándoles caramelos al pavimento o al fango, según la puntería de los mamarrachos?”.

¿Cómo reaccionó el dictador Fidel?

En medio de esta tormenta ideológica, Fidel Castro —presto siempre a la polémica y a la victimización de la “Cuba agredida”— declaró al periódico Granma y a los noticieros estatales que no quería “echar leña al fuego de las relaciones con España, pero que nadie dude de que toda grosería, toda provocación, todo insulto tendrá adecuada respuesta”.

El fallecido mandatario cubano siempre acusó a la administración de José María Aznar de aliarse con los EEUU, de no apoyar suficientemente al gobierno cubano y de intentar interferir en los asuntos internos de Cuba.

Hasta finales de los años 80 Fidel Castro consideró incompatible las creencias religiosas con los principios revolucionarios y el marxismo-leninismo. (Captura de pantalla © Roderic Day – YouTube)

La expulsión de los Reyes Magos de Cuba

En Cuba, y hasta inicios de la década de los años 60, la Navidad y los Reyes Magos eran festejados, sobre todo, por la influencia cristiana y católica de la Isla, pero con la llegada de Fidel Castro se implementaron medidas políticas y de carácter ideológico que afectaron la forma en que la gente celebraba la Navidad, los bautizos y los Reyes Magos.

Se dejaron de producir o importar accesorios para las celebraciones, lo que llevó en gran medida a la eliminación total del ambiente navideño. Los árboles de Navidad y los nacimientos de Jesús desaparecieron casi por completo de la vida cotidiana; tan solo en los recintos religiosos se mantuvieron en parte esas tradiciones.

Aunque se sabe poco sobre los Reyes Magos en términos biográficos, su historia ha sido contada y reinterpretada varias veces a lo largo de los siglos. (Foto: Periódico Cubano)

Ser religioso o creer en un Dios se consideraba incompatible con los principios revolucionarios y el marxismo-leninismo hasta finales de los años 80.

El retorno al cristianismo

La visita del papa Juan Pablo II a Cuba en 1998 —la primera de un pontífice del Vaticano a la Isla—, fue vista como una oportunidad para mejorar las relaciones entre la Iglesia Católica y el gobierno comunista cubano. Durante su visita, Juan Pablo II se reunió con el líder cubano Fidel Castro y otros funcionarios del gobierno, y también se encontró con miles de católicos cubanos en varias ocasiones.

Aunque la visita del Papa Viajero no tuvo un impacto inmediato en la política del país, se consideró un paso importante hacia una mayor apertura y diálogo entre la Iglesia y el gobierno cubano, lo que se materializó en una mayor afluencia de feligreses a las iglesias y el retorno de las tradiciones católicas y navideñas.

Benedicto XVI también pasó por la Isla en marzo de 2012. Su viaje coincidió con el 400 aniversario del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba.

Las visitas de varios pontífices a la Isla propició una apertura y diálogo entre la Iglesia y el gobierno cubano, lo que se materializó en una mayor afluencia de feligreses a las iglesias y el retorno de las tradiciones católicas y navideñas. (Captura de pantalla del papa Francisco I © 60 Minutes – YouTube)

Francisco I, por otro lado, viajó a Cuba en septiembre de 2015. Esta visita fue parte de una gira por América Latina y Estados Unidos, y tuvo un papel importante en el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos. El argentino regresaría en febrero de 2016  para un histórico encuentro con el Patriarca Kirill de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Este evento tuvo lugar en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana y fue la primera reunión en la historia entre un Papa y el líder de la Iglesia Ortodoxa Rusa.