Cuba tuvo su propio Tarzán

A mediados de la década del cuarenta, ante la vista de curiosos y algunos periodistas avisados para la ocasión, Ángel de la Torre, el Tarzán cubano, se lanzó al río Almendares desde el puente de la céntrica avenida 23, en El Vedado.

Unos días antes, De la Torre se había internado en el Bosque de La Habana con la intención de vivir en la naturaleza y subsistir de lo que esta le proveyera. Y así permaneció algún tiempo, barbudo y vestido apenas con un taparrabo.

Testigos de la época pensaron que este hombre creía ser un Tarzán caribeño, y que la influencia de las películas del personaje de Edgar Rice Burroughs hizo mella en su salud mental. Otros simplemente lo tacharon de excéntrico con ansias de fama y atención. Lo cierto es que el cubano alcanzó notoriedad con sus “hazañas”, y con cada una de ellas ganó seguidores y detractores por igual.

Muchos acudieron al Bosque de La Habana para conocerlo. Lo observaban mientras el hombre trepaba árboles, pescaba o navegaba en una canoa rústica hecha del tronco de un árbol. Precisamente en esa canoa lograría otra de sus arriesgadas proezas, cuando una noche remó hasta la desembocadura del río Almendares para desembarcar de improviso en el Castillo de La Punta.

El júbilo de quienes lo vieron llegar al litoral habanero fue tanto, que alertó a las autoridades. La policía inició una persecución, pero el Tarzán logró escapar y esconderse en algún edificio de la ciudad hasta que cesó la búsqueda. Luego recogió su canoa y regresó al bosque por la misma ruta navegada.

Después de este evento, su historia recorrió las calles de la ciudad y muchas páginas de diarios y emisoras relataron el suceso. De la Torre había logrado su objetivo, ser famoso por sus hazañas. Sin embargo, el mismo empuje de sus admiradores y la burla de quienes lo rechazaban lo motivaron a emprender nuevas empresas.

Así es como el Tarzán cubano se propuso, nada más y nada menos, que acometer una travesía mayor, jamás vista por los residentes en esta isla: navegar en canoa desde el río Almendares hasta las playas de Varadero.

Los entendidos en los oficios del mar aseguraron que la empresa era una total locura, pues la canoa no resistiría las rompientes más agresivas de la costa norte occidental del país, sobre todo en tramos tan peligrosos como el del litoral de Jaruco o las fuertes corrientes de la boca de la Bahía de Matanzas.

Pero ningún argumento desalentó a De la Torre, quien estaba decidido a cumplir su hazaña, previamente avisada a toda la prensa nacional en busca de atención. Y así lo hizo. En julio de 1946, ante la incredulidad de una mayoría, logró llegar hasta Varadero. Su arribo a las costas matanceras coincidió con una competencia nacional de regatas, y en ese contexto fue recibido como invitado de honor en recompensa por su hazaña.

Algunos días después, en el Habana Yacht Club le entregaron la medalla de oro de la Federación Náutica de Cuba como reconocimiento a su valentía y por haber sido el primer cubano en remar una distancia de 90 millas.

Tarzán en el cine

Tarzán es un legendario personaje que ha cautivado la imaginación de millones de personas en todo el mundo. Surgido de la pluma del escritor estadounidense Edgar Rice Burroughs en 1912, ha dejado una huella imborrable en la literatura y el cine.

La historia de Tarzán nos transporta a la exuberante selva africana, donde un niño llamado John Clayton III sufre una tragedia cuando sus padres son brutalmente asesinados por simios. Sin embargo, la providencia le sonríe al pequeño John, quien es acogido y criado por una tribu de gorilas. Bajo el amoroso cuidado de su nueva madre gorila, Kala, crece aprendiendo a sobrevivir y adaptarse a la vida salvaje que lo rodea.

Mencionando hoy a Johnny Wissmüller, el primer#tarzan del cine sonoro, he recordado que contó que le secuestrarln en Cuba, dijo quién era e hizo el grito de Tarzán para demostrarlo. Le soltaron y le pidieron un autógrafo 😂 pic.twitter.com/rafyf1qZkg

— Yulitena (@iulitena) December 23, 2021

Tarzán, con su fuerza sobrehumana y habilidades de escalada, se convierte en el amo de la jungla. Su destreza en el combate y su agilidad sin igual le permiten enfrentar cualquier peligro que se presente en su camino. Pero su conexión más profunda se encuentra en su capacidad de comunicarse con los animales de la selva, quienes se convierten en sus aliados y amigos.

La leyenda de Tarzán ha sido llevada al cine en numerosas ocasiones, pero una de las interpretaciones más reconocidas es la de la película animada de Disney lanzada en 1999. En esta adaptación, la compañía agregó su toque mágico y encantador, transportando al público a un mundo lleno de aventuras y emociones.

Disney agregó su toque mágico y encantador, transportando al público a un mundo lleno de aventuras y emociones. (Captura de pantalla © Tarzán – YouTube)