En Cuba se registraron 3.923 protestas públicas durante el año 2022

En lo referente a los alimentos, las manifestaciones de descontento se enfocaron en la escasez y la inflación. (Foto: Periódico Cubano)

Al sumar las 692 ocurridas en el último mes del año, en Cuba se registraron 3.923 protestas públicas en 2022, un cómputo que supera ampliamente las 3.300 protestas registradas en el crucial año 2021, a pesar de la ola de terror desatada desde aquel 11 de julio para impedir las demostraciones populares de rechazo al sistema, reporta el Observatorio Cubano de Conflictos (OCC) en su informe de diciembre y resumen anual, dados a conocer este lunes.

Lo compilado en diciembre también sobrepasa por más de un centenar el número récord de protestas contabilizado en el mes de octubre de 2022 (589). Las cifras de diciembre incluyen, como se hizo en octubre, 366 demostraciones no previstas y 326 como parte de campañas organizadas permanentes.

Las expresiones de inconformidad contabilizadas por el OCC en el último mes del año ocurrieron en 12 de las 15 provincias del país.  Donde más protestas se registraron fue en La Habana (170), Santiago de Cuba (66) y Villa Clara (41).

En varios casos de protestas colectivas solo se contó una, como en el abucheo al ministro de Cultura Alpidio Alonso en el Festival de Cine Latinoamericano; un coro de consumidores reclamando “Queremos el pollo” en una larga cola; un petitorio con 500 firmas a la Asamblea Nacional para que se defina el ejercicio de los derechos de reunión y manifestación, y una huelga de brazos caídos en ferias de Santa Clara después de que se impusiera un nuevo tope de precios a frutas y vegetales.

De las 692 protestas ocurridas en el diciembre, 274 (39,6%) estuvieron relacionadas con derechos políticos y civiles e incluyeron emplazamientos directos contra el sistema (21), gráficas, videos, poemas, canciones y memes (36), acciones de campañas permanentes (36) y reacciones contra la represión en sus distintas variantes (132).

Mientras, 418 (60,4 %) fueron originadas por demandas de derechos económicos y sociales, entre ellas, críticas en redes sociales, videos o declaraciones a medios independientes sobre temas como la creciente inseguridad; la mala gestión del gobierno (52), el pésimo estado de los servicios públicos (66), la escasez, altos precios provocados por la inflación y otras afectaciones a la economía popular (50). Se agregan actos de campañas organizadas permanentes contra el inmovilismo económico y la política inversionista del gobierno (120) y problemas sociales como la violencia de género (63).

No se reportaron en diciembre protestas callejeras, gracias a que el régimen, asistido por Rusia y otros países, consiguió una remisión de los largos cortes eléctricos que colmaron la copa de la paciencia ciudadana desde mediados de julio hasta mediados de octubre catalizando decenas de marchas y cacerolazos en los que se fusionaron el malestar por los apagones y gritos de “Libertad” y “Abajo la dictadura”.

El más reciente conflictómetro destaca que los cubanos continuaron protestando en diciembre, aun después de entrar en vigor un nuevo y severo Código Penal diseñado para asfixiar las expresiones contestatarias en la isla y mientras la represión violenta-judicial-carcelaria se mantenía trabajando intensamente, siendo el tema que registró la mayor cantidad de entradas, con 132. Varias estuvieron relacionadas con el hundimiento a mansalva de una lancha por Tropas Guardafronteras en Bahía Honda Artemisa, suceso en el que murieron siete personas.

En lo referente a los alimentos, las manifestaciones de descontento se enfocaron en la escasez y la inflación (175 %), con larguísimas y a veces violentas colas para adquirir la carne de cerdo tradicional en Nochebuena y Año Nuevo más barata que en el mercado negro, donde promediaba 400 pesos la libra.

Continuaron asimismo en diciembre las expresiones de descontento por la quiebra del sistema de salud y salubridad; la escasez, deterioro, derrumbes y pérdidas de viviendas y los caóticos servicios públicos. A lo largo del mes y del año descolló el tema de la inseguridad ciudadana, agravado por la profunda crisis económica, pero también por un alto grado de violencia social, ignorado por un régimen igualmente violento, y que dejó un saldo de 32 mujeres asesinadas por sus parejas.

En diciembre se prodigaron en las redes sociales memes, videos y sarcasmos contra la acomodada y egoísta élite de poder y su uso de fondos del Estado para su beneficio. Se destacaron en ese sentido los memes acerca del gobernante Miguel Díaz-Canel en su gira por las Antillas, y sobre su consorte, quien fue captada de compras en Granada y luego defendiendo una tesis con un reloj Cartier de más de $8.000 en la muñeca.

En su parte analítica, el informe del OCC advierte que, si bien la oligarquía militar-partidista consiguió sacar temporalmente del angustioso panorama socioeconómico cubano el irritante clave de los apagones, su terca conservación de un sistema disfuncional que hace cada vez más imposible la vida cotidiana de la ciudadanía, mientras ellos procuran seguir acumulando riqueza para su propio beneficio, solo les garantiza un grado mínimo y volátil de gobernabilidad.

El último informe mensual de 2022 del OCC contiene asimismo un resumen mes por mes de las protestas en un año que, como pronosticó acertadamente la entidad, fue el escenario de una versión 2.0 del 11J que se extendió por más de 90 noches a lo largo de la isla en las que se escucharon nuevamente casi a diario los gritos de “Libertad”, “Patria y Vida” y “Abajo la dictadura”.

La represión en Cuba ha sido un tema de preocupación durante muchos años. Desde el gobierno de Fidel Castro en 1959, el gobierno cubano ha sido acusado de violar los derechos humanos y de reprimir la disidencia política y la libertad de expresión.

Los críticos del gobierno cubano han denunciado la detención y encarcelamiento de disidentes políticos, la censura de internet y los medios de comunicación, y la represión de la libertad de asociación y de reunión. También se han reportado casos de tortura y tratos crueles, inhumanos y degradantes a personas detenidas por motivos políticos.

El gobierno cubano ha negado estas acusaciones y ha defendido su derecho a mantener el orden y la seguridad en el país. Sin embargo, muchas organizaciones internacionales de derechos humanos han señalado que la represión en Cuba sigue siendo un problema grave y persistente.