La Habana desmiente noticia sobre distribución de picadillo mixto con carne de perro y gato

No es la primera vez que en Cuba circulan rumores de que ante la escasez de comida se sacrifican mascotas callejeras para la alimentación. (Captura de pantalla © CNC Granma – YouTube)

Una nota oficial del Consejo de la Administración del municipio habanero de Arroyo Naranjo desmintió el rumor que circula por redes sociales sobre la venta de un picadillo mixto que supuestamente estaría hecho con carne de perros y gatos.

Las autoridades castristas afirman que el rumor es una fake news (noticia falsa). De tal forma han desmentido categóricamente que el picadillo mixto conocido como El Cocinerito contenga carne de perro y gato. Según la versión oficial, la “noticia falsa” está destinada a crear desconfianza entre la población.

El Consejo de la Administración de Arroyo Naranjo llevó a cabo una serie de investigaciones exhaustivas, ejecutadas por inspectores de Salud Pública y agentes policiales que permitió determinar que en ese municipio capitalino no hay evidencia de un hecho delictivo relacionado con la elaboración ilegal de este producto alimenticio.

“Una vez más, la verdad se abre paso frente a las injurias que pretenden fomentar el pánico y la desconfianza entre la población y desacreditar a las autoridades de control sanitario y a las del orden interior”, refiere la nota.

No es la primera vez que en Cuba circulan rumores de que ante la escasez de comida se sacrifican mascotas callejeras para la alimentación. Durante los años del llamado Periodo Especial, en la década de 1990, también circularon afirmaciones entre la población que ante la crisis alimentaria se recurrió a alimentos alternativos como la carne de perros y gatos.

¿Qué pasa si se come carne de perro y/o gato?

Consumir carne de perro y gato es un tema controvertido y sensible que varía considerablemente en aceptación según las diferencias culturales, geográficas y legales. La percepción de si es “bueno” o “malo” para la salud depende de varios factores, incluyendo las condiciones sanitarias bajo las cuales se crían y procesan estos animales, así como las consideraciones éticas y de bienestar animal.

Riesgos Sanitarios: El consumo de carne de perro y gato puede conllevar riesgos para la salud humana si los animales no son criados, sacrificados y procesados bajo condiciones sanitarias adecuadas. Existe el riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas, es decir, enfermedades que pueden pasar de animales a humanos. Ejemplos de estas enfermedades incluyen la rabia, la leptospirosis y ciertos tipos de parasitosis.

Nutrición: Desde una perspectiva puramente nutricional, la carne de perro y gato puede proporcionar proteínas y otros nutrientes esenciales, como ocurre con muchas fuentes de carne. Sin embargo, su valor nutricional no se considera significativamente diferente o superior al de fuentes de carne más comunes y ampliamente aceptadas como el pollo, la vaca o el cerdo.

Consideraciones Éticas: En muchas culturas, perros y gatos son valorados principalmente como mascotas y compañeros, lo que hace que su consumo sea éticamente rechazado. La idea del bienestar animal sugiere que todos los animales merecen vivir vidas libres de sufrimiento y estrés, un principio que puede entrar en conflicto con las prácticas de cría y sacrificio para el consumo.

Legalidad: En algunos países, el consumo de carne de perro y gato está prohibido por ley, reflejando las normas culturales y éticas de esas sociedades. En otros, donde su consumo puede ser parte de la tradición culinaria, existe un movimiento creciente hacia la regulación o prohibición, impulsado por preocupaciones tanto de salud pública como de bienestar animal.

La práctica de consumir carne de perro y gato puede tener implicaciones más amplias para la salud pública, incluyendo la posibilidad de brotes de enfermedades zoonóticas. Esto destaca la importancia de sistemas robustos de salud pública y vigilancia veterinaria para prevenir riesgos para la salud humana.