Programa de Humberto López amenaza a los cubanos con pena de muerte si hay protestas masivas

El actual Código Penal contempla 30 años de cárcel, cadena perpetua y hasta la pena de muerte como respuesta a quienes realicen manifestaciones masivas. (Captura de pantalla © Canal Caribe – YouTube)

El programa Hacemos Cuba, conducido por el vocero del régimen castrista Humberto López y emitido en horario estelar por la televisión oficialista, amenazó el pasado jueves a los cubanos con la pena de muerte si participan en manifestaciones masivas que vayan en contra del Partido Comunista (PCC), que por decreto se autotitula como “fuerza superior” de la sociedad y el Estado.

Según la conversación de Humberto López con el coronel Hugo Morales Karell, del Ministerio del Interior (Minint), y Otto Molina Rodríguez, presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo Popular, el actual Código Penal contempla 30 años de cárcel, cadena perpetua y hasta la pena de muerte como respuesta a quienes realicen manifestaciones masivas que busquen “subvertir el orden”.

En ese sentido, la amenaza estuvo dirigida a los que se le imputen delitos graves como sedición y otros cargos severos como el “terrorismo”. Por ejemplo, Morales Karell acusó de “terroristas” a los cubanos residen en Estados Unidos y, según el criterio de las autoridades represoras, “fomentan la violencia”. Asimismo, se señaló a aquellos que usan las redes sociales para “incitar a la agitación pública”.

Estas declaraciones surgen a solo semanas de que se cumpla el tercer aniversario de las históricas protestas del 11 de julio de 2021, que culminaron con más de mil presos políticos en las cárceles de la dictadura.

Sin embargo, a pesar de las consecuencias de desafiar públicamente al régimen y las continuas advertencias, las manifestaciones en Cuba han continuado aumentando en la medida que empeoran las condiciones económicas de los ciudadanos.

Según el exescolta del servicio secreto del régimen cubano, la amenaza de la pena de muerte no está dirigida específicamente a los influencers o disidentes que se encuentran fuera de Cuba, aunque sí se menciona a este grupo. La amenaza está dirigida principalmente a infundir miedo en los ciudadanos dentro de Cuba.

Calvo sugiere que la dictadura cubana está utilizando esta táctica de amenaza extrema para disuadir a la población general de participar en cualquier tipo de protesta o disidencia, trasladando el miedo a las fronteras internas del país.

Esto se considera un intento de mantener el control y la estabilidad del régimen al evitar que las manifestaciones y el descontento se propaguen, particularmente entre aquellos que pueden estar considerando unirse a movimientos de protesta o expresar su descontento de forma pública.