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Rigoberto Ferrera asegura que La Habana está en la “edad de piedra”
“Esto es fuego contra la contaminación y la desidia”

La Habana se ha convertido en una ciudad en ruinas. (Captura de pantalla © Rigoberto Ferrera – Facebook)
El humorista cubano Rigoberto Ferrera, conocido por sus ácidas críticas al gobierno, ha denunciado a través de sus redes sociales la alarmante situación de abandono y desidia que afecta a Centro Habana, particularmente en las inmediaciones de la escuela primaria Miguel Fernández Roig.
A través de una publicación contundente, el actor no solo cuestionó la falta de limpieza en el entorno de este centro educativo, sino también recordó que, en ese mismo lugar, los niños son los principales afectados.
“Esto es fuego contra la contaminación y la desidia”, escribió Ferrera en sus redes sociales, señalando un basurero que se encuentra acumulado en la calle, a unos metros de la escuela, en una zona que parece haber sido olvidada por las autoridades locales.
En sus comentarios, el humorista destacó con firmeza que, si bien este vertedero está cercano a la zona residencial, lo más importante es que los niños no deberían verse expuestos a estos peligros. “Recójanlo, está al lado del sector, pero los niños son más importantes”, agregó.
La crítica de Ferrera no se limita solo a la acumulación de basura frente a la escuela y en varias zonas de la capital. Este fin de semana, el humorista aprovechó sus plataformas para exponer otro flagelo que afecta a la ciudad: el deterioro de las calles.
En una nueva publicación, compartió imágenes de las intercepciones de Carlos III e Infanta, dos de las avenidas más transitadas de la capital cubana, donde se pueden observar escombros sin recoger y un evidente desmoronamiento de la infraestructura.
“Aquí estamos en la ‘edad de piedra’”, Carlos III e Infanta”, expresó, haciendo alusión a lo que considera un retroceso en el desarrollo urbano de la ciudad.
Las denuncias de Ferrera son solo un reflejo de un problema mayor que afecta a La Habana en su conjunto. La acumulación de basura, el deterioro de las calles y la falta de mantenimiento de los espacios públicos evidencian una gestión ineficiente por parte de las autoridades, que no parecen priorizar la limpieza y el bienestar de la población.
El descontento del artista y de muchos otros ciudadanos cubanos resalta la desconexión entre la administración pública y las necesidades de la población. Las calles en ruinas, los basureros a cielo abierto y el estado de abandono de muchas infraestructuras esenciales, como las escuelas, son una clara muestra de que el régimen sigue dejando en el olvido a las zonas más vulnerables de la ciudad.
Lo que Ferrera plantea no es una simple crítica superficial; sus denuncias están motivadas por la creciente frustración de una población que, día a día, enfrenta las consecuencias de un modelo de gestión ineficaz que parece estar empeñado en ignorar las necesidades básicas de sus ciudadanos.
La Habana, en sus mejores tiempos antes de la revolución de Fidel Castro, fue una ciudad vibrante, llena de vida, historia y arquitectura imponente que reflejaba el dinamismo y la modernidad de su gente. Sin embargo, con el paso de los años, el deterioro ha tomado fuerza.
La falta de mantenimiento y la ineficiencia de las autoridades han sumido a la capital cubana en un estado de abandono, donde edificios emblemáticos se desmoronan y las calles se llenan de escombros y basura. La Habana, que antes era un símbolo de belleza y energía, hoy enfrenta una dura realidad de olvido y desidia.
