Suspenden desfile del Primero de Mayo por escasez de combustible en Cuba

La Plaza de la Revolución es varias veces más grande que la Tribuna Antiimperialista. (Captura de pantalla © Canal Caribe – YouTube)

El régimen comunista de Cuba claudicó por segundo año consecutivo ante la posibilidad de realizar el tradicional desfile por el Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, en la Plaza de la Revolución.

La fecha de asueto laboral, que siempre es utilizada por el castrismo para mostrar “masivo apoyo popular”, ha tenido que modificarse para una reducida concentración ante la enorme crisis económica y la falta de combustible para movilizar a cientos de miles de personas de los municipios de La Habana y provincias vecinas como Mayabeque y Artemisa.

Al igual que ocurrió en 2023, este año el secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Ulises Guilarte de Nacimiento, anunció que el acto por la fecha conmemorativa se celebrará en la Tribuna Antiimperialista, situada frente a la Embajada de Estados Unidos en La Habana.

El obeso dirigente exigió a los trabajadores que caminen ese día hacia el punto de concentración, pues no hay transporte ni merienda, como solía caracterizar a los actos políticos del régimen. En ese sentido, solo están convocados los residentes en municipios cercanos a la Tribuna Antiimperialista frente al malecón habanero. Solo irán los que viven en los municipios de Plaza, Habana Vieja, Centro Habana, Cerro y las áreas cercanas de Playa.

“Allí ratificaremos que la clase obrera cubana continuará prestando particular atención a todo lo relacionado con la recuperación de la economía, aprovechando con eficiencia los recursos que tenemos para incrementar la oferta de bienes y servicios”, afirmó Guilarte de Nacimiento en conferencia de prensa.

Las autoridades han promovido celebrar la fecha con concentraciones locales en plazas, poblados y centros de trabajo, reduciendo el uso de transporte.

Inaugurada en 2000, la Tribuna Antiimperialista abarca aproximadamente 13.000 metros cuadrados. En contraste, la Plaza de la Revolución, nombrada así desde 1959, es mucho más extensa, con 72.000 metros cuadrados, y ha sido escenario de importantes discursos y eventos masivos.

Mientras la Tribuna es adecuada para eventos más pequeños y simbólicos, la Plaza puede albergar grandes multitudes, siendo esencial para celebraciones nacionales y actos de gran envergadura.

La renuncia a un tradicional acto masivo de propaganda comunista, para el que nunca se habían escatimado recursos, es la prueba más fehaciente de la situación agónica en la que se encuentra el país.