Ancianos cubanos vuelven a nadar tras restricciones por COVID-19: “Estoy feliz nuevamente”

Los nadadores de edad avanzada señalaron que la relajación de las restricciones les había dado una nueva oportunidad de vida. (Foto: Master natación cuba-Facebook)

La pandemia de COVID-19 no solo ha tenido repercusiones sanitarias y económicas para Cuba, sino que también ha sido perjudicial para la salud mental de su población.

Uno de los grupos más afectados por esta situación son las personas de la tercera edad que, por cuestiones como su salud, su situación económica, y en ocasiones la falta de familiares, han resentido aún más el encierro y las medidas preventivas por la pandemia.

La relajación de las medidas de seguridad, si bien ha traído un mayor riesgo sanitario a la Isla, también ha permitido a muchos de estos ancianos retomar actividades que los mantienen saludables y les permiten liberar el estrés de su entorno.

Periodistas de la agencia británica Reuters hablaron con un grupo de adultos mayores en Cuba, quienes explicaron la satisfacción que sentían de poder retomar la natación, un deporte que les permite despejar su mente de los problemas cotidianos.

Los nadadores de edad avanzada, vestidos con trajes de baño ajustados, dijeron al citado medio que la relajación de las restricciones les había dado una nueva oportunidad de vida.

“Cumplí 80 años el 25 de diciembre. Dos años sin nadar fueron duros para mí… pero he comenzado a nadar y estoy feliz nuevamente, tanto física como mentalmente”, declaró el habanero Fernando Sergio Paneque.

Los clubes de natación “maestros” se reúnen a tempranas horas de la mañana, al alba, nadando en áreas poco profundas y protegidas a lo largo de la costa urbana de La Habana.

Las playas cubanas son reconocidas por su belleza y seguridad, y aunque sus recursos marítimos están reservados para el gobierno, que sanciona con excesivas multas a quien pesque en sus aguas, nadar sí está permitido.

“Es una cosa maravillosa encontrar gente de esta edad, con tanto entusiasmo… muchos de ellos están superando enfermedades nadando”, declaró Tania Coffigny, vicepresidenta de la Federación Cubana de Natación Master.

“Sumergirme en las tranquilas aguas turquesas ha ayudado a revivir a muchos deprimidos por los meses de aislamiento”, externó por su parte Orestes Quintana, miembro del club de natación de maestros.

Confesó que, aunque no podían acceder a las playas, tanto él como sus compañeros nadadores habían encontrado formas de burlar las restricciones.

“Siempre hubo algunos lugares donde uno podía nadar en secreto”, dijo, riéndose.

Durante las restricciones por la pandemia se le prohibió a la población ingresar a las playas, además de que se cerraron los clubes de natación.