Destinan la producción de almohadillas sanitarias del Mariel a las tiendas en MLC

Ya se vende en las tiendas un paquete grande que tiene 36 unidades, pero sin alas. (Captura de pantalla © Lari Freedom – YouTube)

La fábrica Industria Arthis S.A., ubicada en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel (ZEDM), está aumentando las producciones de almohadillas sanitarias, pero para ser rentable destinará una buena parte a la comercialización en las tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC), según indica un artículo publicado por el medio oficialista Cubadebate.

El aumento productivo de las almohadillas sanitarias bajo la marca Angélica se debe a la instalación de una nueva línea tecnológica, que con un simple cambio de sistema se puede adaptar al formato de la íntima con o sin alas.

De acuerdo con la ingeniera Brenda Mesa Fernández, jefa de Ventas de Industria Arthis S.A., ya se vende en las tiendas un paquete grande que tiene 36 unidades, pero sin alas. Para el mes de enero, se iniciará la producción de versiones con alas para comercializarlas en las tiendas en MLC.

La implantación de la dolarización parcial de la economía nacional, impulsada por el gobierno castrista mediante su fallida Tarea Ordenamiento, obliga a las empresas a generar ventas en dólares para tener ingresos en esa divisa, con la cual poder reabastecerse de materias primas en el exterior.

Sin embargo, debido al bajo poder adquisitivo de la población cubana, que no gana salarios en MLC, el verdadero anhelo de los fabricantes es exportar las almohadillas. En ese sentido, los directivos de la empresa están en búsqueda de clientes internacionales para concretar ventas, pero queda por ver si ofrecen precios competitivos en relación con otros productores.

La producción diaria de la empresa Industria Arthis S.A abarca 20.000 paquetes de varios productos, incluyendo almohadillas sanitarias, pañales para niños y adultos, y apósitos posparto.

Historia de la evolución de las toallas sanitarias

Del papiro a los cristales de polímero, la historia de las toallas sanitarias es fascinante. En la antigüedad, las mujeres recibían sus períodos con protección hecha con hierbas, musgo, piel de animales, pasto y lana. En Egipto y Japón, las mujeres utilizaban tampones de papiro; mientras que, en Inglaterra, estos artículos consistían en tiras de tela envueltas alrededor de una pieza de madera. En el Imperio Romano, las toallas sanitarias y los tampones se hacían con lana suave.

Antes del siglo X, varias culturas evitaban por completo los artículos de protección y, por respeto o miedo, separaban a las mujeres de la comunidad, enviándolas a chozas menstruales durante su ciclo.

La historia de las toallas sanitarias como las conocemos comenzó en el siglo XIX, cuando fueron patentados varios productos como vendas y receptáculos para la menstruación. Muchos no llegaron al mercado, ya que eran considerados de mal gusto. Con la creciente oferta de artículos relacionados con el período menstrual, los gobiernos del mundo se escandalizaron, porque los consideraron una incitación a la pornografía, y prohibieron su distribución. De esto, el término “higiene femenina” comenzó a ser utilizado para describir los productos relacionados con la menstruación.

A finales del siglo XIX, salieron a la venta las primeras toallas femeninas producidas por una compañía pionera de la cirugía estéril. Sus productos para la menstruación fueron demasiado avanzados para la época, por lo que sus ventas jamás despegaron. Fue por estas fechas que las clases sociales altas comenzaron a utilizar ropa interior, costumbre que sería adoptada paulatinamente por el mundo entero y facilitaría el uso de las toallas modernas.

A principios del siglo XX, las mujeres crearon sus propias toallas con las mismas telas de algodón absorbente que utilizaban para los pañales infantiles. Durante la Primera Guerra Mundial, las enfermeras en Francia notaron que las vendas de celulosa absorbían la sangre de los soldados heridos con gran eficacia. Fue así como comenzaron a utilizar estas vendas durante su menstruación. Los creadores de estas vendas tomaron la idea y la comercializaron, lanzando al mercado en 1920 su producto. Sin embargo, su popularidad no fue inmediata, ya que las mujeres no conocían el producto o les avergonzaba comprarlo.

Fue por esto que se produjeron las primeras máquinas dispensadoras de toallas sanitarias. Un par de años más tarde, salieron a la venta calzones sanitarios para la noche, que en realidad eran pañales desechables para mujeres. En 1969, se vendieron las primeras toallas con cinta adhesiva, lo que revolucionó la industria de la higiene femenina, que hasta entonces dependía de cinturones, clips y seguros para sujetar las incipientes toallas.

En la década de 1980, una nueva empresa modificó el mundo de las toallas al incluir tecnología que atrapaba el olor, así como cristales de polímero que absorben y encapsulan los líquidos. Hoy día, los fabricantes proporcionan a las consumidoras una amplia gama de toallas femeninas y tampones, elaborados con diversos diseños y materiales.