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Escasez de ron y crisis económica impulsan el consumo de alcohol casero en Cuba
“He estado produciendo y vendiendo warfarina por años. 2020 fue el mejor año para mi negocio. Es un trabajo extenuante y arriesgado, pero me beneficia mucho”
La escasez de ron en Cuba ha orillado a los habitantes a consumir licor casero, poniendo en riesgo su salud al no contar con los lineamientos necesarios para su elaboración.
De acuerdo con un reportaje del Institute for War and Peace Reporting, que contó con testimonios de cubanos, el alcohol adulterado es la manera que han encontrado muchos ciudadanos para afrontar la escasez.
Un hombre de 43 años que pidió permanecer en el anonimato y fue identificado solo como Armando, contó que desde su casa en Holguín se dedica a la producción de un alcohol casero conocido popularmente como “warfarina”, en referencia a un popular veneno para ratas.
Aunque su negocio, ilegal, ha existido por décadas, no fue hasta hace unos meses que la demanda comenzó a aumentar, entre la crisis económica que impide la compra del alcohol de calidad que hay disponible y el cierre de bares y cantinas por coronavirus.
“He estado produciendo y vendiendo warfarina por años. 2020 fue el mejor año para mi negocio. Es un trabajo extenuante y arriesgado, pero me beneficia mucho”, indicó Armando.
El hombre indicó que sus ganancias se han duplicado desde el inicio de la pandemia y que su producción ya no alcanza a cubrir la demanda.
Sin embargo, el aumento en el consume de alcohol adulterado también se ha convertido en un problema de salud.
Una enfermera que trabaja en el policlínico Julio Grave de Peralta confirmó que durante la pandemia se ha registrado un aumento de los casos de personas sufriendo de padecimientos relacionados con el alcohol.
“La deterioración de la salud de estos pacientes tiene que ver con la ingesta de bebidas a base de alcohol casero, que no es apto para el consumo humano”, indicó la enfermera, que pidió mantener el anonimato.
Explica que los padecimientos son similares a los ocurridos durante una ola de intoxicaciones etílicas en el municipio de La Lisa, en La Habana, en 2013, donde al menos siete personas fallecieron y una docena más fue hospitalizada luego de beber alcohol casero.
La investigación arrojó que la bebida contenía alcohol metílico, un reactivo de laboratorio difícil de diferenciar del alcohol etílico que comúnmente se utiliza para producir bebidas alcohólicas, pero mucho más fuerte.
Ahora los profesionales de la salud temen que ocurran incidentes similares, en mayor número y varias zonas, pues la situación económica general de la Isla propicia la situación.
El consumo de alcohol casero o adulterado puede producir severos daños a la salud, pues afecta directamente el sistema nervioso, causando desde síntomas leves como dolor de cabeza, náuseas y vómito, hasta ceguera, daños al hígado e incluso la muerte.
El Institute for War & Peace Reporting es una organización independiente sin fines de lucro que trabaja con medios independientes y sociedad civil para reportar problemáticas en zonas de conflicto, sociedades cerradas y países en transición en todo el mundo.