ESTADOS UNIDOS
Florida aumenta un dólar más al salario mínimo a partir del 30 de septiembre
Los trabajadores tendrán derecho a recibir 12 dólares por cada hora trabajada
Los trabajadores del estado de la Florida que cobren salario mínimo verán reflejado un aumento en sus cuotas por hora a partir del 30 de septiembre de 2023, cuando entre en vigor el siguiente escalón definido en una enmienda constitucional aprobada en 2020.
De tal forma, el salario mínimo quedará estipulado en 12 dólares por hora y en los próximos años seguirá creciendo hasta alcanzar los $15/hora en 2026, un tope establecido por la referida legislación anexada a la constitución del estado del Sol.
Los empleados que reciben propinas también experimentarán un aumento en su salario mínimo. A partir de este año, se establecerá en $8.98 por hora, ya que los empleadores pueden aplicar un “crédito por propina” de $3.02, según datos del sitio web de la Florida Restaurant & Lodging Association.
En Estados Unidos el salario mínimo federal es de $7.25 por hora, mismo que estaba establecido en la Florida antes de aprobarse la enmienda en 2020.
Según el Living Wage Calculator del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), el salario estimado para mantener a una familia en Florida con dos hijos y ambos padres trabajando es de poco más de $25 por hora, lo que se traduce en $90.121 anuales después de impuestos.
En cambio, para una persona soltera sin hijos, el gasto promedio para vivir con todas las necesidades cubiertas disminuye para situarse en 32.267 anuales, es decir, $17.72 por hora. Sin embargo, todavía esa cifra es más elevada que la que consigue con el salario mínimo.
El equilibrio adecuado en la determinación del ingreso base es esencial para el bienestar económico y social de un país. Por un lado, un ingreso base suficiente garantiza que los empleados tengan medios para cubrir sus necesidades básicas y puede estimular el consumo, potenciando la economía. Sin embargo, si es demasiado alto, podría desincentivar la contratación por parte de las empresas, llevando a una reducción en la oferta de empleos y, en ciertos contextos, propiciar una economía informal o un traslado de la producción a lugares con mano de obra más económica.
Uno de los debates centrales es si el salario mínimo debería ajustarse anualmente conforme a la inflación. Si bien un ajuste regular podría preservar el poder adquisitivo de los trabajadores frente a la subida de precios, también corre el riesgo de generar expectativas inflacionarias, donde los precios suben en anticipación a futuros incrementos del ingreso base. Esta espiral puede desestabilizar la economía, lo que a largo plazo sería contraproducente para todos los actores involucrados.