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De atleta de alto rendimiento en Cuba a camionera interestatal en Estados Unidos
A los 11 años empezó a practicar kayak, pero también desde pequeña aprendió a manejar, disfrutando así de ambas pasiones
Hace unas semanas, llamó la atención en las redes una joven cubana que se gana la vida como camionera en los Estados Unidos. Su historia ha tenido gran impacto tanto por su juventud como por el hecho de ser mujer en un oficio que mayormente es conducido por los hombres.
Vale aclarar que no es la única fémina en este desafiante sector. En los últimos años, ha ido aumentando el número de mujeres que se dedican a esta actividad. Hoy traemos el testimonio de una cubana más en el mundo de las traileras, quien durante su tiempo en la Isla fue atleta de alto rendimiento y desde hace apenas seis años está al frente de un volante por las carreteras norteamericanas.
Yuni del Sol Rodríguez es natural de Cienfuegos. Allí, desde pequeña, sintió la vocación de manejar dada la influencia de su padre, quien a temprana edad la enseñó a conducir y luego su hermano la ayudó a perfeccionar el oficio. Eso la llevó a enamorarse de esta labor: ver a su familia hacerlo y, a la vez, aprenderlo.
Luego, comenzó la primera etapa de su vida, el deporte. A los 11 años empezó a practicar kayak en su provincia, manteniéndose en ese deporte hasta los 21 años. De esos 10 años pasó cuatro en la selección nacional, participando en diferentes eventos y obteniendo medallas en cada una de las modalidades del kayak.
Al abandonar el deporte, salió de Cuba en el 2007 para Francia, viviendo allí por unos meses. Posteriormente, se trasladó hacia España, pero más adelante logró llegar hasta México y pudo cruzar la frontera hacia los EEUU, país donde radica desde septiembre del mismo año.
Al frente del volante
“La idea de manejar un camión siempre fue un deseo que tuve desde que llegué y por diferentes motivos no se me había dado, por una parte sentía miedo y llegaba a creer que no sería posible”,
comentó.
“Estuve 11 años viviendo en Miami. Trabajé en pizzerías repartiendo domicilios, todo eso como chofer, y en el año 2017 me vine a Tampa. Allí, me quise poner a estudiar y pude sacar el teórico. Más adelante logré entrar en la escuela, era de portorriqueños, y durante un mes completo estuve asistiendo de lunes a viernes, viajando una hora de camino. Aprendí y pude sacar mi licencia”.
Cuenta que lo más difícil fue el tema del parqueo en marcha atrás, principalmente en los lugares donde deben descansar; esto llegó incluso a sacarle lágrimas. A veces llegaba a un aparcamiento con suficiente espacio para parquear, pero por miedo a chocar otro camión, prefería estar en un lugar más alejado.
Los inicios de Yuni no fueron fáciles, como seguro tampoco lo es para ningún trabajador de este sector. A diferencia de otros conductores que realizan sus viajes con un acompañante, ella en toda su trayectoria lo viene haciendo sola, lo que ha traído consigo enfrentar las noches frías y oscuras, incluso la nieve. Recientemente, recorrió una distancia de 3000 millas en el trayecto FloridaTexas-Mississippi-Florida; siendo el promedio semanal de 2500 millas como mínimo.
Al principio, trabajaba durante 15 días en la carretera, solo venía por dos días a su casa; pero la presión y la fuerza del trabajo, más la falta de experiencia, la llevaron a estar un año alejada del camión. Por ese tiempo se dedicó a hacer uber y taxis en Tampa, hasta que un día un amigo le llama y la convence de que regresara, y así fue como volvió al mundo de los camiones.
“Aunque no estuvo físicamente, su ayuda fue muy importante. Me llamaba por teléfono y me orientaba cosas útiles para la práctica. En mi caso, el tráiler que manejo se le corre los ejes, tanto para que sea más largo o más corto, de acuerdo al peso que lleves. A nosotros nos permiten llevar 80 mil libras divididas, 34 mil en el eje de atrás, 34 mil en el eje del camión y 12 mil en el eje de adelante”.
“En las carreteras norteamericanas existen pesas, yo estoy pesándome constantemente, ya que puedes correr el riesgo de una multa por la policía especializada para camiones comerciales por pasarte del peso correspondiente”.
Retos para una mujer
“La carretera para una mujer es muy difícil, a veces son muchos días en ella, pero lo que marca nuestra diferencia es que debemos mantener nuestra higiene. La mayoría de féminas que conozco les gusta estar bien aseadas. Otro choque fuerte es cuando debes parquear para descansar, tiene que ser un lugar seguro porque para una mujer es peligroso andar sola a altas horas de la noche en el camino, pero es solo un proceso, te vas acostumbrando a todo, y hoy día puedo decir que me encanta mi trabajo, me encanta lo que hago”.
“Cuando estoy cansada no tengo deseos de nada, pero en las mañanas, cuando salgo en mi camión, me encanta estar en él. Lo que un día fue muy difícil para mí se convirtió en algo fácil, y todo porque me gusta”.
Al ser preguntada sobre la significación para una mujer de estar en un trabajo que en su gran mayoría está conducido por hombres, afirma que es un gran orgullo poder llegar a varios lugares y que tanto hombres como mujeres se sorprendan.
“Hace poco estuve en un lugar y el jefe del sitio vino muy emocionado a verme por ser la primera vez que veía a una mujer al frente de un tráiler. Me preguntó el nombre, se sintió muy curioso, y eso es algo que me llena de orgullo. En la carretera también, voy conduciendo y la gente me saluda mucho, es algo maravilloso, que te celebren, que vean que eres mujer y lo puedes hacer, la sensación es tremenda”.
El tema salario
Yuni afirma que el tema de los salarios es el mismo tanto para hombres como mujeres. El año pasado, un camionero en EEUU logró ganar un aproximado a los 80 mil dólares. Este 2024, la situación de la economía pesa un poco más; hay cargas que no están buenas, se han perdido algunas rutas y puede llegar a cobrarse unos 60 mil dólares. Anteriormente, pagaban 70 centavos por milla y en estos momentos pagan 65, eso significa un corte en el salario.
“Aunque la idea de manejar un camión siempre fue mía, yo le agradezco mucho a mi padre, que fue mi motor impulsor, y a mi gran amigo Yasnoby, por quien estoy en mi compañía y le debo mis saberes, estas dos personas son esenciales en mi formación”.
“Mis consejos para todas las mujeres que quieran empezar es que no tengan miedo, que le echen ganas, no existe nada imposible y siempre lo que te propones lo puedes lograr. Es un trabajo difícil, pero una profesión bonita. También se recompensa con el pago, por eso siempre adelante que somos mujeres guerreras”.
Así es el día a día de esta incansable mujer, que con 40 años sigue echándole ganas a la vida y con deseos de salir adelante. Profesiones totalmente diferentes, lo mismo en su tierra natal como en el país de acogida, pero siempre haciendo lo que le gusta.