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Mujer cubana desaparecida en Las Tunas es encontrada muerta en Manatí

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Mujer cubana desaparecida en Las Tunas es encontrada muerta en Manatí

De acuerdo con reportes de la prensa independiente, su cuerpo presentaba signos de violencia cuando fue avistado en una comunidad rural

Mujer cubana desaparecida en Las Tunas aparece muerta en Villa Clara

A la cubana de 39 años la sobreviven dos hijas adolescentes. (Foto: Dayami – Facebook)

El cuerpo sin vida de Dayami Hechavarría Rodríguez, de 39 años de edad y quien había sido reportada como desaparecida en Las Tunas, fue hallado este pasado domingo 27 de agosto en una comunidad rural del municipio de Manatí, con evidentes signos de violencia.

Según reporta el medio independiente Cubanet, las evidencias preliminares apuntan a un nuevo caso de feminicidio. Las investigaciones señalan como principal sospechoso al hombre con el que Hechavarría Rodríguez había mantenido una relación previa: Norge Rodríguez, quien se encuentra prófugo de la justicia. Ahora está siendo buscado por presuntamente provocarle la muerte a la mujer cubana mediante una técnica de asfixia.

“Era un hombre muy violento. Incluso había estado preso por apuñalar a su exesposa. Golpeaba a cada mujer que tenía”, confirmó al citado medio una amiga de la recién fallecida, que prefirió mantener el anonimato.

Días antes de su desaparición, Hechavarría Rodríguez fue agredida y amenazada con un cuchillo en el cuello. La mujer puso una denuncia contra su agresor, pero las autoridades de su lugar de residencia en el municipio tunero de Puerto Padre no actuaron en consecuencia.

A la cubana de 39 años le sobreviven dos hijas adolescentes, de 15 y 18 años. La tragedia de este feminicidio resalta la urgente necesidad de implementar medidas concretas para prevenir y combatir la violencia de género en el país.

El problema del feminicidio en Cuba

De acuerdo con estadísticas no oficiales, pues el régimen castrista no lleva un registro público, la muerte de Hechavarría Rodríguez sería el feminicidio número 56 en lo que va de año. La mayoría de estas atrocidades ha sido cometida por parejas o exparejas de las víctimas.

El propio gobernante Miguel Díaz-Canel minimizó el flagelo de la violencia machista en la sociedad socialista que dicen construir basándose en el “hombre nuevo”.

En julio pasado, ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, el secretario del Partido Comunista dijo que existía “un manifiesto empeño imperial de crear un clima de inseguridad y de desconfianza ciudadana” para fracturar “la unidad popular”. Según su criterio, “constantemente” se exageraba “cualquier hecho delictivo, fundamentalmente los casos con violencia y, en particular, los de violencia de género” para hacer daño a la imagen de la “revolución”.

Un feminicidio es el asesinato de una mujer por razones de género. En otras palabras, se trata de la muerte violenta de una mujer a causa de su condición de mujer, en un contexto de desigualdad de género y discriminación. Los feminicidios son un triste reflejo de la violencia de género que persiste en muchas sociedades, donde las mujeres son víctimas de violencia simplemente por ser mujeres.

Las causas de los feminicidios son complejas y pueden variar según el contexto social, cultural y económico. Algunos factores que contribuyen a los feminicidios incluyen: desigualdad de género, cultura de la violencia, machismo y misoginia, impunidad, falta de educación y conciencia, falta de recursos y apoyo, factores psicológicos y emocionales.

Para abordar de manera efectiva la problemática de la violencia de género y prevenir los feminicidios, se requiere una combinación de leyes y sanciones adecuadas junto con enfoques educativos y de concienciación. Es esencial establecer leyes específicas que consideren la violencia de género como un delito grave y aseguren que los agresores sean sometidos a juicio y castigados de manera justa y proporcional. Simultáneamente, es fundamental implementar programas educativos desde edades tempranas que fomenten la igualdad de género y desmantelen los estereotipos de género arraigados en la sociedad.

Además, el acceso a recursos juega un papel crucial en este esfuerzo. Proporcionar refugios seguros, servicios de asesoramiento, líneas de ayuda y apoyo legal a las mujeres que enfrentan situaciones de violencia les otorga la posibilidad de buscar ayuda y escapar de entornos peligrosos.

El empoderamiento económico también desempeña un papel protector, al promover oportunidades laborales para las mujeres y disminuir su dependencia financiera de los agresores. Al trabajar en colaboración con las comunidades, es posible cambiar las normas culturales que perpetúan la violencia, fomentando en su lugar un ambiente de respeto mutuo.

Capacitar a profesionales como policías y jueces es igualmente crucial para asegurar que los casos de violencia de género sean manejados con sensibilidad y eficacia, garantizando el tratamiento adecuado de las víctimas.

La recopilación precisa de datos relacionados con feminicidios y violencia de género es fundamental para comprender la verdadera magnitud del problema y orientar políticas efectivas. Además, los medios de comunicación desempeñan un papel importante al promover una representación positiva de las mujeres y desalentar la difusión de mensajes que glorifiquen la violencia o perpetúen la discriminación.

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