Prohíben a pasajeros estar dentro de la nueva terminal de Ómnibus Nacionales en Sancti Spíritus

La terminal de Ómnibus Nacionales en Sancti Spíritus que abrió sus puertas a finales del 2021 luego de una remodelación que costó seis millones de pesos cubanos, mantiene la prohibición de uso para los pasajeros de última hora o lista de espera, algo incomprensible, pues va contra el objeto social de la instalación.

Los diseñadores concibieron el recinto con tres salones de espera con capacidad para más de 350 personas, servicios de gastronomía, área comercial destinada a la venta de diferentes productos y a otras prestaciones, además de contar con una sala de lactancia para las mujeres que viajan con niños, puntos de correo y de Etecsa, zona wifi, piquera de taxis, puesto médico y un local para la recepción y protección de equipajes, entre otros locales.

Sin embargo, de acuerdo con el periódico local Escambray, los salones de la terminal parecen museos, pues están “impecablemente limpios y vacíos”. Las autoridades aún mantienen la lista de espera en la antigua terminal provincial, y además a la nueva terminal no llegan casi guaguas por la crisis energética que obliga a recortar rutas nacionales.

La realidad actual es que la nueva terminal solo se usa al 30% de su capacidad, mientras la otra presenta una “situación desfavorable ante la falta de higiene, asientos y ventilación, carencia de alimentos e iluminación”.

Ante estas inconsistencias, el director provincial de Transporte en Sancti Spíritus, José Lorenzo García, defiende su estrategia de segmentación, aunque eso incomode a la población.

“En La Habana funciona así desde hace años, incluso ya varias provincias lo están implementando. Y aunque es cierto que hoy la nueva terminal tiene un uso más limitado, cuando se estabilice la situación del combustible en el país, se podrá incrementar el número de viajes y podremos recibir los más de 100 ómnibus que, como promedio, entraban aquí diariamente”.

Mientras ese prometido futuro mejor llega, los espirituanos y todos los viajeros cubanos que pasan por ese central territorio en sus viajes deben seguir los caprichos y las orientaciones del “nivel central”. Todo ello a pesar de que se han utilizado seis millones de pesos del presupuesto público, fruto del trabajo de todos los cubanos, para arreglar un inmueble que ahora no prohíben disfrutar.