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Campesinos cubanos inconformes por trabas del Estado para pagar la leche
Los requisitos de calidad de la leche son muy elevados, por lo cual la mayoría solo recibe 17 CUP por litro
Los campesinos cubanos se muestran inconformes con las nuevas disposiciones burocráticas del régimen comunista, las cuales, a pesar de establecer un aumento en el precio de compra del litro de leche, ponen requisitos técnicos muy difíciles de alcanzar para los ganaderos.
Según una disposición oficial del Ministerio de la Agricultura, el litro de leche que cada ganadero entregue al Estado se pagará a 38 pesos cubanos (CUP), pero para ello ese producto lácteo debe tener una densidad mayor o igual a 1.030 gramos por mililitro. Ese tecnicismo es prácticamente imposible de cumplir, de acuerdo con la opinión de varios especialistas en la materia.
Para los que no logren acreditar en los densímetros del Estado un nivel superior a los 1.028 gramos por mililitro, el litro de leche se les pagará a 17 CUP. En cualquier caso, ambos precios son ridículos, considerando que en el mercado minorista los campesinos pueden vender la leche a 100 CUP el litro, y si elaboran derivados como yogur o queso, sus ganancias serán mucho mayores que al comercializar con el Estado.
En consecuencia, la normativa del Ministerio de la Agricultura, en vigor a partir del 1 de marzo, no incentiva el acopio de más leche a la industria, sino que pretende asegurar la calidad de la misma. Por lo tanto, es una medida profundamente inflacionaria, pues no estimula la cantidad, lo cual, al existir mayor acopio, podría bajar el precio del producto conforme a los postulados verificados de la Ley de Oferta y Demanda.
Campesinos descontentos con la medida del Ministerio de la Agricultura
La reciente polémica sobre las regulaciones en la industria lechera cubana ha encendido el debate público, revelando un profundo descontento entre productores y consumidores. Las voces del campo y de la industria se elevan en un coro de críticas hacia las medidas gubernamentales que, lejos de alentar la producción, parecen sumergir al sector en mayor incertidumbre.
Un extrabajador del sector lácteo enfatiza la importancia de abordar el problema desde una perspectiva holística. Argumenta que la calidad no puede ser el único foco sin antes asegurar la cantidad necesaria. “Son muchas las lagunas e incertidumbres… yo trabajé en el lácteo y sé de lo que hablo”, afirma, sugiriendo que los problemas de organización y producción inciden directamente en los precios y la disponibilidad.
Por su parte, el Dr. Ernesto Medina Álvarez, reconocido especialista en ganadería, critica las nuevas tarifas, argumentando que no incentivan la producción, sino que únicamente benefician a la industria en términos de calidad. Subraya que históricamente solo el 10% de la leche acopiada cumple con los estándares máximos exigidos, por lo cual muy pocos cobrarán los 38 CUP por litro.
Desde el corazón rural de Cuba, Ivanovich Viña Terry y Omaira Medina Quintanilla expresan su frustración. Terry denuncia la percepción de deshonestidad que subyace en las regulaciones, mientras Quintanilla arguye que quienes diseñaron estas políticas carecen de un entendimiento real de la ganadería, presagiando un incremento en el descontento campesino y la intermediación perjudicial.