Casi 300 incendios dañaron 1.800 hectáreas de bosques cubanos en 2022

El Cuerpo de Guardabosques de Cuba (CGB) informó que en el año 2022, se registraron 284 incendios forestales en todo el país, los cuales provocaron una afectación irreparable a más de 1.800 hectáreas de superficie boscosa.

De acuerdo con declaraciones del jefe nacional del CGB, Manuel Lamas Gómez, esta es la cifra más baja registrada en los últimos tres años, aunque la intencionalidad sigue siendo la causa principal, ya que se estima que solamente el 3% de los incendios tuvo su origen a partir de fenómenos naturales.

“El origen de gran parte de estos incendios se atribuye a quemas no autorizadas de hierbas o caña de azúcar, el uso de vehículos sin malla matachispas y la actividad de cazadores furtivos. Solo un 2% o 3% de los incendios forestales tienen causas naturales, principalmente derivados de descargas eléctricas, aumento de temperaturas y crisis climática”, explicó el directivo del CGB.

Con relación a la distribución geográfica, la mayoría de los siniestros ocurrió en Pinar del Río, una región con una superficie boscosa del 48 % y considerada como la segunda más reforestada de Cuba, solo superada por la provincia de Guantánamo.

El CBG catalogó que el 83 % de los incendios fue de pequeñas proporciones, el resto fue considerado de gran tamaño y fundamentalmente tuvieron origen en Pinar del Río y Mayabeque, siendo los meses de marzo y abril, los 60 días más propensos a producir eventos de fuego en zonas boscosas.

El período crítico para la ocurrencia de incendios forestales en Cuba es entre el 1 de enero y el 31 de mayo, una etapa que coincidente con la época de mayor sequía. Por ello, el CGB cada año desarrolla una campaña para preservar las más de cuatro millones de hectáreas de bosques que tiene la Isla.

Los incendios forestales provocados por el hombre pueden tener graves consecuencias para la salud humana, la biodiversidad y el medio ambiente. Algunos de los peligros incluyen:

• Pérdida de vidas humanas
• Daños a la propiedad
• Pérdida de vida silvestre
• Pérdida de recursos
• Contaminación del aire y del agua
• Cambio climático: liberan grandes cantidades de gases de efecto invernadero

Después de un incendio en un bosque, es importante acometer tareas de limpieza de los escombros, removiendo ramas y troncos quemados, y rocas que puedan obstaculizar el crecimiento de nuevos árboles. Todo ello antes de comenzar con los esfuerzos de reforestación.

Es recomendable sembrar especies nativas del lugar, ya que estas tienen una mayor capacidad de adaptación y son más resistentes a plagas y enfermedades.