Denuncian discriminación en cafetería de Palmares por el simple hecho de ser cubano

“A la dirección de Palmares que no se les olvide que Cuba es de todos los cubanos y que nada dura para siempre”. (Captura de pantalla: Ciego de Ávila Ahora – YouTube)

Con indignación y decepción, el cubano Salvador Lester Camejo relata su amarga experiencia en el famoso bar-restaurant El Don Ávila (La Espada), propiedad de la empresa estatal Palmarés, en Ciego de Ávila.

De acuerdo con el testimonio publicado en su perfil de Facebook, fue discriminado en su propia ciudad por el solo hecho de ser cubano y no generar ingresos en dólares, lo cual inmediatamente lo hace ser un “ciudadano de segunda”.

“Realmente ya es indignante que en el propio país de uno lo discriminen por el simple hecho de ser cubano, no ganar los dólares del ‘enemigo’ y por ende no tener preferencias en centros que brindan servicios al turismo”, explica Lester Camejo.

La historia comenzó cuando el ciudadano le pide un café al dependiente, y este le contesta que, por orden de la dirección de la empresa de Palmares, cuando están a la espera de un grupo de turistas no puede haber dentro ningún nacional.

Ante esta discriminación, el cubano optó por abandonar el lugar y dirigirse a un local privado cercano al parque, donde pudo disfrutar de un excelente café de importación (Café La Llave) sin sentirse avergonzado de ser cubano. No obstante, en este establecimiento el café estaba igual de caro. Lester Camejo reconoce que “tristemente” tomarse un simple café en la calle ya no está “al alcance de todos”.

“Por mí desde ya pueden cerrar el Don Ávila porque nunca más iré cuando tenga la posibilidad de hacerlo. ¡Que esperen a sus añorados turistas! Por mi parte, mi dinero no lo tocarán más, a la dirección de Palmares, u otra entidad que haya tenido que ver con esta estúpida y humillante aberración que no se les olvide que Cuba es de todos los cubanos y que nada dura para siempre”, concluyó el avileño.

Este lamentable episodio ha generado gran controversia y otras denuncias de comportamientos similares por parte de empresas estatales. “A mí me pasó en el Museo del Ron (cadena Caracol), en Varadero. Estaba vacío (literal), voy al bar y pido un trago y la ‘bar-woman’ me dice que no podía despacharme porque esperaban a ‘un grupo’”, contó Lupe Pérez.

“Esa es la gran y triste realidad de nosotros los cubanos, desterrados en nuestra propia tierra que nos vio nacer. Pero no leas la prensa, no oigas una emisora radial, para ellos el cubano es el que más libertad de expresión tiene y el que mejor dieta nutriente come. La realidad es que la población está muerta de hambre y necesidad. Quien con 1.678 al mes que es la media de un jubilado puede subsistir”, comentó Cándido Mariano.