‘El Gato de Cuba’ recibe permiso para visitar a su familia tras dos años de prisión

El prisionero político del régimen castrista, Yoandi Montiel Hernández, conocido como “El Gato de Cuba”, recibió un pase de escasos días para salir de la prisión donde cumple una condena de dos años por hacer chistes contra los dirigentes comunistas.

El cubano, que divertía a sus seguidores en Facebook con las directas que hacía generalmente acostado en la cama de su casa durante la etapa de la pandemia, apareció en una fotografía junto a dos amigos donde se le visiblemente angustiado por la injusticia que se cometió en su contra al ser por el delito de desacato.

Montiel Hernández fue detenido el 12 de abril de 2021 en un aparatoso operativo policial, donde 20 agentes del Ministerio del Interior (Minint) aparecieron en su casa para llevarlo a Villa Marista, el cuartel general de la Seguridad del Estado.

Durante todo el tiempo que ha purgado la desmedida condena, sus familiares se han mantenido activos dando declaraciones para exigir su liberación. En una ocasión, su padre, Lázaro Montiel, dijo a Diario de Cuba que El Gato fue arrestado por “haberse burlado de Miguel Díaz-Canel en sus últimas directas”; por su parte, su madre confesó que la molestia del régimen viene porque su hijo dijo “la verdad”.

Aunque la dictadura ha intentado chantajearlo a cambio de su libertad condicional, El Gato se ha mantenido firme y que no ha cedido a las presiones de la Seguridad del Estado, cuyos agentes le han propuesto cambiar su salida de la cárcel por un video donde pida al pueblo que no salga a las calles a protestar, cosa a la que se ha negado.

La dictadura pretende aprovecharse de su influencia en las redes donde logró acumular en solo unos meses, antes de entrar a prisión, unos 74 mil seguidores en su canal de YouTube y 144 mil en Facebook.

El régimen castrista ha negado la existencia de presos políticos, argumentando que todos los detenidos están encarcelados por violar la ley y no por sus opiniones políticas. Sin embargo, es inequívoca la existencia de presos políticos debido a la situación de represión y control estatal sobre la sociedad civil, la oposición política y la libertad de expresión.

Los ciudadanos que se atreven a cuestionar o disentir del régimen saben que pueden enfrentar cargos falsos y ser encarcelados por delitos comunes.

Según organizaciones no gubernamentales como Prisoners Defenders, en la Isla hay cerca de 1.066 presos políticos y de conciencia, entre los cuales se incluyen menores de edad que son procesados o condenados por el delito de sedición con una sentencia de cinco años de cárcel.