“¿Ponerle flores a un ser querido es un lujo?”, se pregunta el periodista oficialista Pavel Otero

Pavel Otero Gutiérrez junto a su abuela. (Foto: Pavel Otero Gutiérrez – Facebook)

El periodista oficialista, Pavel Otero, denunció recientemente el lamentable estado de las funerarias estatales y los escandalosos precios de un ramo de flores en la Isla, a través de una publicación de su cuenta de Facebook, donde asegura que el Gobierno está al tanto de todo.

Recientemente, el reportero perdió a su abuela y al querer comprar algunas flores como último adiós para la fallecida anciana, descubrió horrorizado que, cuando creía que “ya había visto todo en materia de descaro y oportunismo, me doy cuenta de que siempre hay algo nuevo, y para aprovecharse de la necesidad ajena, hay innumerables opciones en nuestra sociedad”, asegura.

En la publicación que tituló ‘Denuncia Pública’, explicó que, al llegar a la funeraria de Santa Catalina, en La Habana, consultó en local cuál era el procedimiento para encargar algunas coronas o ramos de flores para la difunta.

Según refiere Otero, una de las trabajadoras de la entidad le indicó dónde quedaba la floristería y, al llegar allí, la persona que se encontraba al frente le dijo que hasta el día siguiente no había coronas ni flores porque no sabía cómo se confeccionaban y que el empleado que sí sabía hacerlas no había ido ese día a trabajar.

Cuál no sería su sorpresa al descubrir que este trabajador, sin embargo, le podía proporcionar “unos ramos (ramitos más bien) de flores a 600 pesos cada uno”, asegura.

Aunque le pareció una cifra escandalosa para cuatro flores atadas, el periodista se dispuso a pagar lo pedido, pues solo quería ofrecerle a la memoria de su abuela un último gesto de amor.

Pero al constatar que el dinero que tenía no era suficiente y decirle que iba hasta el cajero el más cercano a sacar lo que le faltaba, el precio del famoso ramo subió a mil pesos como por arte de magia.

“Esa noche, en la funeraria de Santa Catalina, mi abuelita no era la única fallecida expuesta. Eran tres fallecidos más. Y en las capillas de esos otros fallecidos no había ni una flor. Era duro ver aquellas personas llorando al lado de las cajas grises, sin la presencia de una sola flor” revela el comunicador.

Tras conocer lo sucedido, el administrador de la funeraria quiso excusarse ante Otero: “¿Qué explicación va a dar a esa hora de la mañana, cuando ya los carros fúnebres parten al cementerio, y la mayoría de ellos sin una sola flor? Lo peor de todo es que por esa Funeraria pasan diariamente cuatro o cinco fallecidos, y si cobran mil pesos por cada ramo y sabrá Dios cuánto por las coronas, esa gente se hacen millonarios a costa del dolor ajeno”.

“¿Ponerle flores a un ser querido es un lujo?”, se pregunta el periodista, solo para responderse: “Un ramo de flores para un muerto no puede costar más que dos libras de carne de puerco”.

Esta es la triste realidad de miles de cubanos que, cada día, dejan ir a sus seres queridos y que, en la inmensa mayoría de los casos, no puede permitirse la duda de comprar flores o carne, porque tristemente los vivos que quedan atrás necesitan más el alimento que las coronas aquellos que parten a mejor vida.

En algo sí lleva mucha razón Otero, y es que el gobierno lo sabe todo. Sabe de los precios exorbitantes, del lucro, del dolor, de la muerte. Sabe de todo, porque todo eso lo ha provocado un régimen corrupto y fracasado como el castrismo.