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Vicepresidente del Banco Central de Cuba desmiente emisión de billetes de nuevas denominaciones
A pesar de la inflación galopante en la economía cubana, el billete más alto es de 1.000 CUP, equivale a unos cuatro dólares
El vicepresidente del Banco Central de Cuba (BCC), Alberto Quiñones Betancourt, desmintió que dicha institución prepare una emisión de billetes de nuevas denominaciones más altas para combatir la galopante inflación de la economía nacional, donde los precios crecen cada día y hace falta mayor cantidad de dinero para pagar por bienes y servicios.
Durante una entrevista con el periodista oficialista Lázaro Manuel Alonso, Quiñones Betancourt dijo que el BCC seguirá trabajando a corto y mediano plazo con las mismas denominaciones existentes en la actualidad. Por ejemplo, el billete de peso cubano (CUP) de mayor valor en circulación es el de 1.000 CUP, que según la tasa de cambio del mercado informal es equivalente a unos cuatro dólares, aproximadamente.
Betancourt detalló que, pese a los rumores y especulaciones que han circulado en diversas plataformas y medios, no hay planes de crear nuevos billetes y, más bien, la estrategia es incentivar las transacciones digitales para evitar el uso de efectivo. En ese sentido, el BCC impulsa la bancarización de todos los actores de la economía.
Críticas a la falta de efectivo
Los cubanos argumentan en las redes sociales que los pagos digitales no son la solución para la economía informal. En el actual escenario es imprescindible el efectivo.
Kadir Rodríguez González explicó en la publicación de Lázaro Manuel Alonso que “el Banco no entienden que el efectivo hace falta en la mano. La carne de puerco del carnicero no se compra con tarjeta, ni el coche, ni el taxi, ni la merienda del niño/a, ni la vianda, ni la ensalada, ni la leche. Nada de eso se compra con tarjeta, se necesita efectivo”.
Imprimir dinero es un proceso costoso
La impresión de dinero es un proceso complejo y costoso, no solo por el uso de materiales especializados como mezclas de algodón y lino o polímeros, sino también por las tintas de seguridad avanzadas y las características de seguridad integradas, como hologramas, marcas de agua e hilos de seguridad. Los diseños detallados de los billetes, realizados para prevenir la falsificación, requieren tecnología avanzada. Las máquinas para imprimir billetes son específicas para esa función y tienen altos costos de adquisición y mantenimiento.
Además, un riguroso control de calidad asegura que solo los billetes perfectos entren en circulación, lo que aumenta aún más el costo por billete producido. La distribución de esta moneda implica gastos en transporte seguro y logística. Por último, los bancos centrales invierten constantemente en investigación y desarrollo para idear nuevas características de seguridad, garantizando que el papel moneda sea difícil de falsificar y manteniendo la confianza del público en el sistema monetario. La combinación de todos estos factores es lo que hace que la producción de billetes sea una empresa cara.