Año bisiesto, ¿por qué febrero tiene 29 días?

Sin el ajuste que proporcionan los años bisiestos, cada año nuestro calendario se adelantaría alrededor de 6 horas respecto al año solar. (Foto © Periódico Cubano – Chat GTP)

Los años bisiestos son una peculiaridad del calendario gregoriano, el sistema de medición de tiempo actual y el más utilizado en el mundo. Este ajuste cronológico tiene un propósito muy específico: sincronizar nuestro calendario con el astronómico solar, es decir, contar una vuelta completa alrededor del sol desde un punto de partida fijo.

Un año bisiesto es aquel que tiene 366 días, uno más de lo habitual, debido a la inclusión de un día adicional en el mes de febrero, que pasa de tener de 28 a 29 días. ¿Por qué es necesario este ajuste? La razón radica en la duración exacta de la órbita terrestre alrededor del sol.

Un año solar —el tiempo que tarda la Tierra en completar su órbita alrededor del sol— dura aproximadamente 365.2425 días. El calendario gregoriano, con sus 365 días, no coincide exactamente con esta duración astronómica. Sin el ajuste de los años bisiestos, cada año nuestro calendario se adelantaría unas 6 horas respecto al año solar.

Con el tiempo, esta discrepancia acumulativa desajustaría significativamente las estaciones y las actividades humanas relacionadas con ellas, como sucedió con el calendario juliano, introducido por Julio César en el año 46 a.C., que provocó un desfase de aproximadamente un día cada 128 años hasta que se comenzó a reemplazar gradualmente por el calendario gregoriano en 1582.

La regla para determinar qué años son bisiestos es relativamente sencilla: un año es bisiesto si es divisible por 4. Sin embargo, existe una excepción a esta regla: los años divisibles por 100 no son bisiestos, a menos que también lo sean por 400. Así, el año 2000 fue bisiesto, mientras que el año 1900 no.

Esta solución matemática mantiene nuestro calendario en alineación cercana con el año solar y asegura la correspondencia entre las estaciones y nuestros meses. Al agregar un día extra cada cuatro años, el calendario gregoriano proporciona un sistema de medición del tiempo preciso y fundamental para la organización de nuestras sociedades.

Así, el día adicional en febrero corrige esta pequeña pero crucial discrepancia temporal, manteniendo el equilibrio entre nuestro calendario y los ciclos naturales de la Tierra.

Cada cuatro años ocurren eventos que, por coincidencia o tradición, se celebran en años bisiestos, como los Juegos Olímpicos de Verano y las elecciones presidenciales en Estados Unidos.

Por otra parte, las personas nacidas el 29 de febrero, conocidas como “bisiestos” o “leaplings” en inglés, celebran su cumpleaños real en una fecha que solo ocurre cada cuatro años. Cuando el año no es bisiesto, lo celebran el 28 de febrero, el 1 de marzo o en la fecha en que fueron registrados.

Aunque no son muchos, algunos políticos y celebridades han nacido en esta fecha singular. El caso más conocido es el del presidente español Pedro Sánchez, nacido en 1972. En Cuba, también nacieron en años bisiestos los activistas políticos Oswaldo Payá (1952-2012) y Pedro Zamora (1972-1994), así como el deportista cubano Iván García (1972).