NOTICIAS DE CUBA
Cuba pasó de ser una economía pujante y vigorosa a un país endeudado y empobrecido
La economía cubana tomó un camino de decadencia, bajando su Producto Interno Bruto (PIB) a un ritmo de 8.5% por año
En el caso de Cuba, no todo está en orden; quizás nunca hubo un orden. Su avance e influencia en el terreno político eran inversamente proporcionales en el terreno económico, donde la revolución iba cavando su propia tumba.
Al tomar el poder en 1959, Cuba era la joya de América, una economía pujante y vigorosa, aunque con los problemas inherentes a un país tercermundista. Su balance de pagos se ajustaba a sus exportaciones y, aunque existía una dictadura de facto, el país brillaba en el contexto latinoamericano.
Vivíamos en una democracia fracturada, pero se avecinaban cambios en el terreno político con vistas a las elecciones presidenciales. La toma del poder revolucionario dio un giro radical a la situación del país; la nueva maquinaria del poder priorizaba las consideraciones políticas por encima de las económicas, enfrentándolas entre sí. El resultado fue un diseño condenado al fracaso.
El avance hacia una economía centralizada exigía, en primer lugar, aplicar un conjunto de medidas para abolir la propiedad privada, nacionalizando la industria y la banca, tanto extranjera como nacional. Fue un proceso rápido que no comprendió todas las aristas que, como consecuencia, aparecerían en la economía de esos primeros años. Ahí nació la primera crisis que nunca pudo ser detenida.
Ese sistema de economía centralizada, inspirado en la teoría marxista, creó condiciones adversas de inmediato. La escasez de recursos o un excedente de estos, la falta de incentivos para innovar, dado que los proyectos eran realizados desde el gobierno, y el surgimiento de una burocracia ajena y sin comprensión de la movilidad del mercado y los deseos de los consumidores, crearon una distorsión insalvable.
La solución a estos problemas, sumada a la incipiente corrupción de un sistema fallido, fue la búsqueda de créditos y financiamientos. Comienza la tragedia de la deuda. Quizás fue en la agricultura donde más rápido aparecieron los problemas; el Estado aplicó una política descabellada que perdura hasta nuestros días:
- impuso precios a los productos agrícolas;
- impidió la comercialización de los productos, obligando al campesino a vender al Estado;
- eliminó a los intermediarios, un factor clave entre el campesino y el mercado.
Estos factores llevaron a la apatía de los productores. Por ejemplo, recientemente el Estado pagaba al campesino un dólar por la entrega de 17 litros de leche, un verdadero robo.
En 1969, arranca la Ofensiva Revolucionaria; la persecución toca todas las puertas, el país se conmueve desesperado y comienza un éxodo que explota con el Mariel en 1980, una emigración que nunca se detendría. Hoy se calcula que más de 3 millones de cubanos están dispersos por el mundo, un indicador de que el camino escogido no era el correcto.
El deterioro y la crisis insalvable provocaron otro éxodo masivo entre enero de 2022 y octubre de 2023, periodo en el que entraron por la frontera sur de Estados Unidos más de 420 mil ciudadanos y 6.800 fueron interceptados en el mar.
Mientras tanto, el país entraba en una espiral de violencia, represión y crímenes que mostraron hasta dónde estaban dispuestos a llegar los soberanos del terror. El Maleconazo, el crimen del Remolcador 13 de Marzo, donde fueron asesinadas 37 personas, incluyendo 10 niños, acrecentó las contradicciones entre tiranía y pueblo. El Partido Comunista mostró su verdadero rostro y hasta dónde estaba dispuesto a llegar.
Una solución empeoraría las cosas. La deuda del país, sin establecer un récord en cuanto a cronología, asciende a más de 50 mil millones de dólares, distribuidos así: Rusia 2,300 millones, China 6 mil millones, Japón 1,750 millones, Club de París más de 11 mil millones. Un caso aparte son Uruguay y Argentina; el primero condonó totalmente una deuda de 3,500 millones y el segundo, a quien se debía apenas 1,500 millones, su no pago en más de 50 años, con intereses, se elevó a casi 15 mil millones. Un verdadero caos.
Así las cosas, el 3 de agosto de 1985, en el encuentro sobre Deuda Externa de Latinoamérica y el Caribe, Fidel lanza su campaña contra el pago de la deuda, buscando acompañamiento en tal cruzada. Y, aunque algunos la apoyaron, la realidad anuló estos empeños de escapar de los compromisos adquiridos.
La economía cubana siguió su camino de decadencia, bajando su Producto Interno Bruto (PIB) a un ritmo de 8.5% por año. Ningún intento del gobierno para paliar el desastre. Sus intentos tuvieron peores consecuencias. La inestabilidad política seguía creciendo.
El gobierno seguía reprimiendo. El punto crítico estaba al estallar. Y estalló el 11 de julio de 2021, un día que será recordado como el inicio de la insurrección contra el comunismo y por la libertad. Miles de cubanos en todo el país gritaron libertad y durante horas paralizaron al país, poniendo a la dictadura al borde del colapso.
Como resultado, la tiranía encarceló a más de mil presos políticos; su delito, manifestarse pacíficamente y gritar libertad. Pero la tiranía no advierte, no vislumbra su final ya próximo e intenta nuevas medidas que, como siempre en su torpeza política, complican aún más las contradicciones de un país quebrado.
Estas medidas fueron:
- Unificación monetaria, eliminación del peso convertible cubano.
- Reforma del sistema de precios y salarios. Un verdadero desastre elevó los salarios por 5 y los precios por 15, agudizando la situación de la alimentación. La inflación sobrepasa el 39%, el dólar sube sin parar, hoy a 340 pesos, y la agricultura con un déficit del 49%, el caos en todas las direcciones y con la máxima intensidad.
El hecho de que estos sátrapas solo intenten perpetuarse en el poder hace imposible una vía para la democratización del país; ellos no tienen patria, solo intereses, solo robar los mantiene unidos.
Mira a tu alrededor y sé crítico. Han pasado sesenta y cinco años de errores y fracasos; tú en la miseria extrema, ellos en la opulencia extrema. A los tiranos no se les traiciona, solo se deja de obedecer… y eso basta para sacarlos del poder.
Artículo de opinión publicado bajo la Política de Renuncia de Responsabilidad de Periódico Cubano