TV con entrega en TODA CUBA desde $199 🇨🇺 Envía AHORA
Conecta con nosotros

Cuba: democracia en palabras, autoritarismo en hechos

NOTICIAS DE CUBA

Cuba: democracia en palabras, autoritarismo en hechos

Es paradójico que donde más se habla de democracia y libertad sea Cuba

Cuba democracia en palabras, autoritarismo en hechos

El sistema cubano está de espaldas al pueblo y sus realidades; un pueblo bajo sitio que huye. (Foto © Periódico Cubano)

Los que aborrecen la democracia hablan de ella con una sonrisa maliciosa, escamoteando toda la verdad. Son astutos y miserables porque comprenden que donde no existe democracia, hay dictadura. Pero denominarse demócratas debilita un tanto la fiscalización del mundo libre.

¿Qué se entiende por democracia? Se entiende por democracia a un sistema político que defiende la soberanía del pueblo, el derecho de este a elegir por mayoría a sus gobernantes. El fundamento de esta forma de gobierno es garantizar la libertad del individuo.

Los primeros atisbos de democracia aparecieron en Atenas en el siglo VI y V A.C. con las reformas de Solón (594 antes de Cristo), que suprimió la esclavitud y suavizó las deudas de los campesinos griegos. El llamado “Código del Dracon” trazaba por escrito las leyes de la ciudad.

Sin embargo, estas leyes restringían el voto solo a los varones adultos; no así a las mujeres, esclavos o extranjeros. Según Solón, la sociedad debía quedar dividida en cuatro grupos según sus riquezas. Este fue un primer paso.

Más tarde, el estadista Clístenes introdujo el gobierno democrático en la antigua Atenas (508 A.C.) considerando la igualdad de los ciudadanos ante la ley. Por estos motivos, se le reconoce como el padre de la democracia ateniense. Este fue un paso gigantesco en el desarrollo de la sociedad.

Sin embargo, aún quedaba mucho por andar. Un proyecto histórico quedó dibujado en la mente de un gran pensador inglés, Thomas More, en su obra “Utopía” (1516), donde fantaseaba con un gobierno elegido por un voto popular y cuyos cargos fuesen rotativos para que nadie acumulara tanto poder. Este proyecto fue un rotundo fracaso. Acusado de traición por Enrique VIII, fue decapitado en 1535. Sin embargo, sus ideas influyeron más tarde en otros pensadores.

Pero no fue hasta la Ilustración Francesa del siglo XVIII, con Montesquieu, que podemos hablar de democracia desde un concepto moderno. En su obra “El Espíritu de las Leyes” de 1748, propuso dividir el poder del Estado en Ejecutivo, Legislativo y Judicial, tal como se practica en los países democráticos hoy día. Su obra es de gran valor metodológico, y sus aportes son aún objeto de estudio constante por parte de especialistas de todo el mundo.

Elementos básicos de un Estado son el sufragio universal, acompañado de la división de poderes, como contrapeso esencial, y el respeto irrestricto a los derechos humanos, tal como se declara en la Declaración de los Derechos de la ONU.

Las características clave de la democracia son:

  • Respeto a los individuos.
  • La creencia en el avance humano y el progreso social.
  • La sociedad debe ser cooperativa y ordenada.
  • El poder debe ser compartido, no debe estar en manos de un solo individuo o de un grupo, sino que debe estar distribuido entre todos los ciudadanos.
  • Libertad de pensamiento y credo.

La relación estrecha e indisoluble entre democracia y capitalismo tiene su punto de partida en el liberalismo clásico, que permite elegir dónde vivir, para quién trabajar, en qué partido afiliarse y la búsqueda de la verdadera existencia humana. Es en el sistema capitalista, basado en un régimen de propiedad privada y una economía de oferta y demanda, donde se permite la satisfacción de las necesidades y el bienestar material. Aquí, el papel del Estado es mínimo o nulo. La libertad plena en la creación es la clave del impulso tanto material como espiritual.

Estas condiciones han permitido el notable avance de los países capitalistas. Alguno que otro retroceso pasajero, pero siempre imponiéndose la virtud sobre el capricho de los hombres que, ignorando las leyes sociales, cometen errores que ponen algún que otro traspié al desarrollo humano. Con sus defectos propios de la limitación del ser humano, el capitalismo es de hecho la vía más segura y rápida de vencer el hambre y el bienestar social.

La Revolución Rusa de 1917 abrió un nuevo camino de exploración social basado en las ideas de Marx y Lenin que, tras la Segunda Guerra Mundial, dio inicio a la aparición del socialismo en la Europa del Este. Este sistema difiere mucho de los postulados de la Declaración de los Derechos Humanos trazados por la ONU. Su influencia, sin embargo, llegó a América con una brisa de libertad que ocultaba el brazo de hierro instalado en estos países, que ni eran libres ni eran prósperos.

En este contexto, triunfó la Revolución Cubana de 1959, con gran apoyo popular. Fidel Castro, el hombre fuerte que impondría el rumbo y el carácter de la Revolución. Era el inicio del socialismo. Fue un proceso rápido y agitado de marcado carácter antinorteamericano. Comenzó con profundas transformaciones económicas nacionalizando toda la propiedad, tanto extranjera como nacional. Era, como se señalaba, propiedad del pueblo y debía, por tanto, estar en manos del pueblo, es decir, del Estado socialista.

A partir de ahí, comenzó un deterioro sostenido que arruinó nuestra economía, una de las más fuertes del mundo (ocupábamos el lugar 29 de la economía mundial). En el orden político, no hubo más elecciones libres en Cuba, la democracia dejó de existir, los partidos políticos fueron prohibidos, la prensa callada, la libertad coartada. Cuba comenzaba a morir.

Es paradójico que donde más se habla de democracia y libertad sea Cuba; todo su potencial de propaganda se invierte en mentir a partir de los convenientes ideales de José Martí. El Estado interviene en todo, intenta torcer el rumbo económico con políticas desde arriba, ignorando las leyes de mercado, que son como un caballo salvaje e incontrolable.

Esto ha dinamitado la sensatez, imponiendo leyes a contrapelo de la realidad. Como consecuencia, el país ha quedado a merced de individuos incapaces de hacer crecer la economía, imponiendo trabas de todo tipo, vigilando tanto la producción como el dinero, y lejos de crear condiciones viables para producir.

En Cuba, no se produce nada. Ha quedado en las ruinas, endeudada y sin vías para subsistir por sí misma. La democracia paralizada, las libertades suprimidas, los derechos congelados. Es un sistema de espaldas al pueblo y sus realidades; un pueblo bajo sitio que huye.

¡Únete al canal de Telegram y WhatsApp para contenidos exclusivos!

SUSCRÍBETE y recibe noticias GRATIS
Suscritos Widget

Comentar noticia

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Advertisement

Noticias de Impacto

Advertisement

Lo más leído en la semana

Advertisement

Escándalos de la Farádula

Arriba