“De piscina olímpica a vertedero”: el abandono de la histórica instalación deportiva de Gibara

En total ruinas el que fuera un importante centro de entrenamiento de deportistas cubanos de alto rendimiento. (Foto: Periódico ¡ahora!)

“De piscina olímpica a vertedero”, así ha sido titulado un artículo de la prensa oficialista cubana que pretende llamar la atención sobre el cruel abandono que han sufrido muchas instalaciones deportivas a lo largo del país, tomando como partida el caso de la piscina olímpica de Gibara, en Holguín, pero sin atender a la causa fundamental: el castrismo. Y es que este lugar es un reflejo de cómo ha quedado Cuba entera tras 64 años de dictadura.

Las imágenes actuales de la antigua piscina olímpica, donde entrenaron reconocidos atletas cubanos, muestran un panorama desolador: nada de agua, sino grietas, derrumbes y basura, demasiada basura. Más allá de lo tangible, este panorama refleja el olvido y la desidia que ha sufrido el emblemático sitio por parte de las autoridades cubanas.

“Lo que hoy es un macrovertedero, un quinquenio atrás fue lugar donde se practicaba natación y polo acuático en Gibara”, indica la nota de prensa del Periódico ¡ahora!, replicada por Cubadebate con total desfachatez al no condenar lo realmente condenable de la situación.

Sin agua, llena de derrumbes y basura, ha quedado el importante centro de entrenamiento de nadadores y jugadores de polo acuático. (Foto: Periódico ¡ahora!)

Pero no es la primera vez que esta piscina sufre los embates del comunismo y cae en total ruina. Ya una vez, organizaciones internaciones enviaron donaciones para reconstruirla, pero nuevamente cayó en decadencia, sin que el gobierno moviera un dedo para evitar su deterioro.

Y es que la historia de este inmueble ha sido larga, por momentos gloriosa, y por otros, muy tormentosa. Fue levantado inicialmente con el esfuerzo de los propios vecinos en “trabajos voluntarios”.

En 1979, concluyeron las labores que permitieron llamarla piscina olímpica ‘Waldimiro Arcos Riera’. Sin embargo, desde sus inicios tuvo que batallar por subsistir. Entre los primeros problemas que enfrentó fue el “momento crítico con el agua potable” que atravesaba el municipio. “La piscina pasaba demasiado tiempo vacía y los atletas no podían entrenar”, recuerda el oficialismo.

Pese a los altos y bajos, en esas aguas se formaron destacados atletas, siendo Gibara el municipio de más aportes a los equipos nacionales y con resultados más notables en su época gloriosa. Allí entrenó Rafael Leyva, primero en ser campeón nacional y centroamericano durante varios años consecutivos en dos estilos (mariposa y libre); Oscar Periche Cardet, portero del equipo nacional de polo acuático y clasificado a cuatro Olimpiadas; Juan José Soler González, subcampeón nacional de mayores durante años.

En 2008, un primer huracán hizo mella total en las instalaciones: el devastador Ike. Fue entonces cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) destinaron donaciones para reparar el sitio con materiales y características especiales que permitieran el uso de agua salada, lo que facilitaba el funcionamiento del lugar, al bombearse el agua directamente desde el mar.

No había pasado una década cuando el huracán Irma, nueve años después, en el 2017, volvió a arrasar con la piscina olímpica. Desde entonces, solo se ha llenado de basura, convirtiéndose en “un macrovertedero, que afecta el medio ambiente y a los vecinos”, refiere la prensa oficialista.

“De esta manera, se ven limitadas la formación de atletas, la rehabilitación de personas con discapacidad y otros padecimientos, la recreación y la enseñanza de la natación a los niños. Con este fin, había sido reanimada por Unicef. Funcionaba, incluso, con alumbrado para la noche y bombas de agua dulce y salada”, reconoce el diario local.

Andrés Ricardo Rivas, presidente de la Asamblea Municipal, dio pinceladas sobre los entramados burocráticos que actualmente impiden sacar de la miseria a la otrora relevante instalación. Y es que la instalación pasó a manos de Emprestur, dedicada a la construcción de instalaciones de turismo.

De esta forma, la restauración ha quedado encargada a esta compañía, que evidentemente no se ha preocupado por un sitio que no le reportará ingresos jugosos a la dictadura. Y así, se encuentran en Cuba todos los espacios que serían para el disfrute de la población y no del turismo.