ESTADOS UNIDOS
Dueño de “Ño qué barato” en Hialeah confía en poder abrir una sucursal en Cuba
En entrevista con el portal independiente Cubanet, el cubano Serafín Blanco conversó sobre su emprendimiento, actualmente uno de los negocios más frecuentados por sus compatriotas en Estados Unidos
El dueño del conocido almacén “Ño qué barato”, en West Hialeah, confesó que en algún momento espera dirigir una empresa privada similar en Cuba, una suerte de sucursal de la existente en Florida.
En entrevista con el portal independiente Cubanet, el cubano Serafín Blanco conversó sobre su emprendimiento, actualmente uno de los negocios más frecuentados por sus compatriotas en Estados Unidos. “Vi la necesidad de sitios más económicos para que compraran los recién llegados”, explicó.
“Estamos en Hialeah, ciudad de progreso, donde más cubanos hay. ¿Qué cubano no ha dicho Ño? Por eso le puse el nombre”, dijo Blanco, quien dejó Cuba en 1967 con apenas catorce años de edad.
Serafín salió solo de Camagüey y viajó a España; cinco meses después, ya estaba en Miami. “Mis padres siguieron allá hasta que pudieron venir cuando tenía 18”, contó. Fue a esa edad cuando empezó a trabajar en el negocio de las telas, o “de los trapos”, bromea.
“Eso fue lo que llevó a que me dedicara a esto que hago hoy”, sostiene.
Serafín fundó Ño qué barato en 1996. Actualmente, se pueden encontrar allí casi todos los artículos más necesarios en la Isla, desde una piedra de fosforera, hasta medicinas, sábanas y toallas, y artículos de la religión afrocubana.
Pero son los uniformes escolares, de enseñanza primaria, secundaria y bachiller, los artículos que más llaman la atención dentro de la tienda. La idea de comercializar estos uniformes la tuvo Serafín tras comprar un lote inmenso de tela color rojo vino.
Cuando vio que la demanda se acrecentaba, supo que debía dirigir su emprendimiento a otra escala: “mandé a fabricar también de secundaria, preuniversitario y para las escuelas de medicina”, dijo.
“Ahora vamos a sacar una línea para los cuentapropistas cubanos de la gastronomía con saya, pantalón y chaquetas de color negro”.
Lucía Rodríguez, asistente dental desde hace 22 años en la Florida, declaró a Cubanet que se considera una clienta fija de “Ño que barato” cuando comienza el curso escolar, y está bastante enterada de los productos que más escasean en la Isla.
“No entiendo cómo le pueden dar a los niños dos juegos de uniformes nada más si la semana tiene cinco días”, lamentó. “Si se les ensucia, hasta el detergente es difícil encontrarlo”.
Serafín no quiso revelar el costo de fabricación de tantos uniformes por año, pero asegura que han venido cubanos a llevarse grandes pacas de más de 200 de ellos.
“Creo que los precios no son tan baratos. Imagínate, una camisita a siete dólares y tengo que llevar al menos seis junto a cuatro shorts. Al final no hay otras opciones. Son empresarios que conocen la necesidad y el que sabe hacer negocio se concentra en eso. La emigración cubana siempre ha tenido mucho que aportarle a Miami”, señaló Rodríguez.
Juan Estrada
19 de marzo de 2019 at 7:04 PM
En la calle Cuba del SW será?