Exigen el carné de identidad para comprar pollo frito en Carlos III

El público antillano reconoce la Plaza de Carlos III como el gran palacio del consumo en La Habana y el mayor centro comercial después de Cuatro Caminos. (Foto: Facebook)

La escasez de productos en Cuba ha llegado a niveles que rayan en la miseria más absoluta. La nueva medida del régimen es pedir el documento de identidad para racionalizar, aún más, la venta de alimentos.

Así trascendió en redes sociales, cuando se dio a conocer por varios usuarios, que en el conocido mercado habanero Carlos III, se recogen tan solo 40 carnés para que los clientes no puedan «acaparar» los 350 gramos de pollo que vende el local a 37 pesos.

Según refieren algunos testigos, el céntrico local era un hervidero de gente este miércoles cuando un hombre, vestido con un pulóver que lo identificaba como «seguridad», salió a organizar la fila y pedir a los clientes que presentaran un carné de identidad por persona, porque solo iba a permitir entrar a cuarenta.

Este número de “afortunados” se vuelve a repetir en varias tandas, obviamente, mientras dure el cárnico.

Como era de esperar, nadie quería perder la oportunidad de adquirir la escasa porción de carne, así que de inmediato comenzaron los empujones y las peleas, épicos para una recompensa tan escasa como un pedazo de pollo.

El público antillano reconoce la Plaza de Carlos III como el gran palacio del consumo en la capital y el mayor centro comercial después de Cuatro Caminos.

Debido a su céntrica ubicación y estética, con una característica rampa circular para recorrer la estructura, se había convertido desde los años 90 en uno de los comercios más prósperos y concurridos de La Habana.

El popular establecimiento se preciaba de albergar locales de todo tipo, desde zapaterías y perfumerías a ferreterías o tiendas de ropa. La planta baja, con locales gastronómicos, estaba siempre colmada de personal que disfrutaban de una plaza de comida y juegos para los más pequeños de casa.

Sin embargo, ahora apenas conserva dos tiendas en moneda nacional y un supermercado en pesos en el que solo pueden comprar los vecinos de Centro Habana y parte de El Cerro como consecuencia de la municipalización del comercio que el Gobierno impuso en abril de este año.

Sus otras tiendas mantienen únicamente una escasa oferta en MLC y unos pocos locales gastronómicos donde se comercializan muy exiguos productos.

Por tal motivo, cuando se vende el mencionado pollo frito, los vecinos aprovechan para adquirir la única comida que pueden degustar en el lugar.

Un triste panorama que se ve cada día más recrudecido mientras la cúpula castrista celebra festivales gourmet en Varadero.