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Pese a pruebas, Cuba sostiene que el ataque a su embajada fue un “atentado terrorista”

ESTADOS UNIDOS

Pese a pruebas, Cuba sostiene que el ataque a su embajada fue un “atentado terrorista”

El embajador cubano en EEUU asegura que el ataque y la postura Donald Trump están vinculados

A pesar de que el autor del ataque a la Embajada de Cuba en Estados Unidos perpetrado hace unos días ya fue capturado por las autoridades de ese país y clasificado como esquizofrénico, el gobierno de Cuba sostiene todavía que se trató de un “ataque terrorista”.

El embajador cubano en Washington D.C., José Ramón Cabañas, alega que el ataque a la sede diplomática y la retórica de la actual administración de Donald Trump están vinculados.

Esta aseveración fue a pesar de que el ataque se ejecutó durante la madrugada, cuando era evidente que no había nadie dentro del edificio ni a los alrededores, por lo que no hubo víctimas.

No obstante, en entrevista con el oficialista Prensa Latina, Cabañas evaluó el hecho y las circunstancias que rodeaban al atacante.

“Se ha hablado de las supuestas condiciones mentales del individuo (…) Pero es difícil pensar que un perturbado mental puede acceder a una licencia de conducción fácilmente, puede tener facultades para manejar y encontrar un punto en un mapa, poseer y accionar un arma de asalto y después no estar tan perturbado como para no ofrecer resistencia a la policía. Un supuesto perturbado que al parecer también sabía operar muy bien sus redes sociales”, declaró el funcionario.

Esto a pesar de que las personas con enfermedades mentales como esquizofrenia y bipolaridad, que pueden afectar significativamente su comportamiento, han demostrado ser funcionales mientras sigan su tratamiento, casi hasta llegar a la normalidad.

El embajador siguió buscando victimizar al gobierno de La Habana y también expresó su inconformidad con el primer reporte policial, el cual, según dijo, contenía imprecisiones.

“En situaciones como esta los primeros reportes escritos pueden tener imprecisiones. Lo lamentable es que se filtren teniendo aún tales imprecisiones”, expresó.

“Nosotros tenemos, además del testimonio de nuestros compañeros, el video de las cámaras de seguridad que compartimos con el Servicio Secreto. En ese video está clara la ofensa a nuestro símbolo nacional y la satisfacción del individuo al portar la bandera estadounidense mientras gritaba”, agregó Cabañas.

Sin embargo, la investigación del caso asegura que el atacante, un hombre de origen cubano identificado como Alexander Alazo, ya había sido diagnosticado con trastornos mentales, hecho que el propio individuo reconoció.

Los documentos presentados en la corte indican que el sospechoso, de 42 años, padece problemas mentales, escucha voces en su cabeza y se siente perseguido.

El diplomático cubano ignoró por completo el hecho de que la mayoría de los ciudadanos cubanos que están fuera del país salen huyendo de la persecución que enfrentan en la Isla, por lo que no sería raro que uno de ellos que además padece un patológico delirio de persecución obre contra Cuba.

El “ataque” llama la atención precisamente por ese punto: el hombre no intentó lastimar funcionarios de la embajada u otras personas, sino que literalmente atacó los símbolos cubanos del recinto, como la bandera, la fachada y la estatua de José Martí, cuya imagen es utilizada constantemente por el régimen.

Atacante de la Embajada de Cuba en EEUU

Alazo disparó 32 veces un rifle semiautomático AK-47 contra la sede diplomática en la madrugada del pasado 30 de abril.

No hubo muertos ni heridos, aunque las balas dejaron huella en el inmueble.

“Este es un delito muy grave (…) Algunas de las balas penetraron en el edificio (…) Es solo suerte que alguien no haya sido dañado”, sostuvo el juez magistrado de Estados Unidos, G. Michael Harvey durante una audiencia celebrada por teleconferencia.

El mismo juez dictaminó que Alazo permanecerá detenido a la espera de juicio y sin posibilidad de libertad condicional, pues por su condición representa un peligro para la seguridad pública.

El atacante reconoció que había sido evaluado en un hospital psiquiátrico previamente y que su esposa, una enfermera de salud mental, le dijo que buscara ayuda porque él escuchaba voces en su cabeza.

El hombre también admitió que le recetaron un antipsicótico en marzo de 2020 después de una evaluación en un hospital psiquiátrico, pero que no estaba completamente conforme con su medicación.

Es relativamente común en personas con enfermedades mentales que se nieguen a tomar sus medicamentos, por lo que es necesario que alguien los vigile, pues la falta de los mismos puede volverlos un peligro para otros y para sí mismos.

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