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¿Piensas demasiado y actúas poco? Consejos para romper con el círculo vicioso

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¿Piensas demasiado y actúas poco? Consejos para romper con el círculo vicioso

Cuando le damos más cuerpo a una idea es más fácil darle cumplimiento…

Piensas demasiado y actúas poco

Teniendo en cuenta que este comportamiento, al hacerse frecuente, puede afectar nuestra vida diaria. (Captura de pantalla © Fundación Aldea Mis Amigos – YouTube)

Seguramente te ha pasado que piensas demasiado en algo, incluso te inquietas un poco, pero, finalmente, no decides hacer nada al respecto; es decir, piensas demasiado y actúas poco.

En parte esto es normal; a veces nos quedamos meditando en la mejor forma de hacer las cosas, pero a la final nos quedamos paralizados. Ahora bien, resulta ser un inconveniente cuando se convierte en un aspecto recurrente en nuestra vida y a la hora de tener que tomar decisiones.

Teniendo en cuenta que este comportamiento, al hacerse frecuente, puede afectar nuestra vida diaria, he decidido dedicar este artículo al tema y así brindarte algunos consejos muy útiles para romper con este círculo vicioso que afecta el diario vivir.

Soy Francisco Martins, coach, autor y especialista en relaciones de la Academia del Amor y hoy te compartiré algunas tácticas que puedes emplear para aprender a actuar en los momentos adecuados.

Resulta que, como seres humanos, estamos inmersos en la costumbre y la realización de tareas de acuerdo a nuestra programación del día a día, ¿qué quiere decir esto? Muy sencillo, quiere decir que, si tenemos buenos hábitos, estos se verán reflejados en la vida diaria y en nuestra forma de actuar, pero, si pasa todo lo contrario, es muy probable que a la hora de las decisiones se nos compliquen las cosas porque esto responde al caos en el que habitamos.

Para que esto no te suceda a ti o si te sucede lo empieces a corregir, te recomiendo seguir los consejos que te presentaré a continuación.

Deja a un lado el miedo

El miedo es uno de los factores principales por el cual pensamos demasiado las cosas y terminamos por no ejecutarlas; este, logra que los riesgos evaluados antes de tomar alguna decisión se tornen más grandes y complejos de lo que realmente son, por ello sabotean nuestros planes. Pero, ¿de dónde sale el miedo?; como lo dice Rodríguez Olaizola (2008) en su artículo ¿Quién dijo miedo?:

La raíz más fuerte de nuestros miedos es la propia historia. Las experiencias que vas teniendo, tus heridas, tus logros o tus fracasos, todo eso puede despertar tus inseguridades. Fundamentalmente los temores arrancan de la constatación de que no siempre te puede ir bien. (p. 16)

De manera que obedece a algo más experiencial; sin embargo, no significa que no se pueda corregir, por ello es necesario identificar los falsos miedos y así eliminarlos a la hora de actuar.

Un ejemplo sencillo de esto es cómo dejarle de tener miedo al amor; la idea es que conozcas los pasos para romper con este temor, de modo que empieces a reconocer las señales que te hacen caer en el pánico irracional en determinados momentos.

Dale prioridad a lo importante

Define lo que es más importante en tu vida y ponlo en primer lugar en tu lista de quehaceres; no dejes las cosas empezadas y concéntrate en culminar las tareas en el orden de importancia.

Concreta tus metas del día a día para poder avanzar hacia las metas más complejas, de modo que no te quedes solo pensando en ellas, sino que actúes y cumplas con estas.

Destierra la procrastinación

Este punto es muy importante debido a su gran impacto en la postergación de los deberes; así que no debes desestimar ese tiempo que pierdes en actividades superfluas, ya que esto en últimas te alejará de lo que quieres hacer realmente.

Pero, ¿de dónde surge esta conducta? De acuerdo con el artículo de Angarita Becerra (2014), publicado en la Revista Iberoamericana, “Se infiere que la procrastinación puede estar vinculada con fallas en el aprendizaje de la autorregulación, necesario para una óptima ejecución de una tarea” (P. 96), por ello se vuelve un hábito que afecta nuestro rendimiento; así que lo mejor que puedes hacer es desterrarla, iniciando con pequeñas dosis de disciplina, aumentándolas a medida que avanzas.

Elabora una agenda de pendientes y cúmplela

Otra táctica muy buena y efectiva para pasar del pensamiento a la acción es escribir todos tus pendientes en una agenda, de modo que no se te escaparán de las manos por no darles la debida atención.

Así como le das prioridad a ciertas cosas como los planes románticos con tu pareja o tener espacios de ocio con los amigos, es necesario que tengas presente los demás asuntos de tu vida diaria en orden y que los cumplas; por ello, te recomiendo mantener una agenda en la cual puedas apuntar todos esos pendientes y asuntos que quieres lograr, ya sea a corto, mediano o largo plazo,

Ponles un plazo a esas metas

Cuando le damos más cuerpo a una idea es más fácil darle cumplimiento; por ejemplo, viajar con tu pareja puede ser una idea fascinante, sin embargo, en la mayoría de casos es importante ponerle un plazo determinado a esta meta, sino se corre el riesgo de quedar solo en palabras, pensamientos e imaginación.

Ten presente la recompensa y no el esfuerzo:

Por último, puedes implementar este consejo que es muy fácil de aplicar y consiste en fijarse más en la recompensa que se obtendrá y menos en el esfuerzo que se aplica para dichos resultados, de modo que el esfuerzo que hagas quedará en un segundo plano y pasarás fácilmente a la acción.

Ahora que ya sabes estos consejos, te recomiendo aplicarlos para que, así, empieces a actuar más y no solo pensar en las cosas.

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